LECTURAS
TERCERA SEMANA DE JUNIO
Lunes:
EL BARRENDERO.
Tema:
EL ESFUERZO.
¡Buenos días! Era un anciano barrendero.
No había podido estudiar ni la Primaria. Por eso se sentía ahora tan orgulloso
de que sus hijos estuvieran ya en bachillerato. Un día lo sorprendí diciéndole
a uno de ellos: “¿Ves? tus estudios son como mi trabajo. Cuando empiezas a
barrer una calle, te parece larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que
piensas que nunca vas a poder terminarla. Y entonces te empiezas a dar prisa,
cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace
más corta. Y te esfuerzas más todavía. Empiezas a tener miedo. Al final estás
sin aliento. Y el fondo de la calle sigue estando por delante… Así no se debe hacer”.
Pensó durante un rato y luego prosiguió: “nunca se ha de pensar en toda la
calle de una vez, ¿entiendes?. Sólo hay que pensar en el trozo siguiente, en la
siguiente barrida. Nunca nada más que en el trozo siguiente”. Volvió a callar y
reflexionar, antes de añadir: “Entonces, es divertido. Y eso es muy importante,
porque en este caso se hace bien la tarea. Y así ha de ser”. Después de una
nueva y larga interrupción, siguió: “De repente se da uno cuenta de que, paso a
paso, se ha barrido toda la calle. Y es como si uno lo hubiera hecho sin
esfuerzo alguno”.
Reflexión: Señor Jesús: ¡Qué
válidos son los consejos de este barrendero!. Ahora que quedan pocos días de
curso se nos hace más largo que nunca, más fatigoso que nunca el estudio.
Ayúdanos a no ponernos nerviosos y a no ceder en el esfuerzo hasta el último
día. Te pedimos por nosotros y por todos los que como nosotros están acabando
su curso, para que mantengamos la paz y el esfuerzo.
Martes:
UN MILLÓN DE AMIGOS.
Tema:
LA AMISTAD
¡Buenos días! Un día alguien escribió: “Si
tuviera un millón de amigos y le pidiera a cada uno una moneda, podría ser
millonario. Si tuviera quinientos mil amigos, les pediría tomarnos de las
manos, para unir el país. Si tuviera doscientos mil amigos, fundaría una ciudad
donde todo el mundo se saludaría con una sonrisa. Si tuviera veinticinco mil
amigos, la empresa de teléfono me cortaría la línea cada vez que yo cumpliera
años. Si tuviera seis mil amigos, me gustaría ser padrino de seis mil niños. Si
tuviera mil amigos, tendría dos mil manos a mi disposición. Si tuviera 365
amigos, pasaría cada día del año con uno de ellos. Si tuviera cien amigos,
dispondría de cien consejos. Si tuviera cuatro amigos, tendría asegurados los
cuatro hombros que portarían mi ataúd. Si tuviera dos amigos, sería dos veces
más feliz. Pero si tuviera un solo amigo (y lo tengo), no necesitaría tener
más. Hay quienes quieren tener un millón de amigos, cuando tú solo, amigo del
alma, vales más que millones.
Reflexión: Señor Jesús: Hay
muchas cosas importantes en la vida, pero como la amistad, pocas. Ayúdanos a
valorar el gran regalo de la amistad y a ser amigo de nuestros amigos. Esta
mañana te pedimos por nuestros amigos y amigas.
Miércoles:
ENVEJECER ES OBLIGATORIO, CRECER ES OPCIONAL.
Tema:
LOS ANCIANOS.
¡Buenos días! Hace unos días recibí un e‐mail con este título: Envejecer es
obligatorio, crecer es opcional. Decía así: “El primer día de clase, nuestro
profesor nos desafió a que nos presentáramos a alguien que no conociésemos
todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor, cuando una mano suave tocó mi
hombro. Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada,
sonriéndome, radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.
‐“Mi nombre es Rosa y tengo 77 años,
¿puedo darte un abrazo?
‐“Claro que puede”, le contesté. ‐¿por qué
está usted en la Facultad con su edad?, le interrogué.
‐“Siempre soñé con tener estudios
universitarios. ¡Y ahora estoy haciéndolos!, me dijo. Todos los días, en los
tres meses siguientes, tuvimos clase juntos y hablamos sin parar. Yo quedaba
siempre extasiado oyendo aquella “máquina del tiempo” compartir sus
experiencias y sabiduría con nosotros. A ella se la veía disfrutar de la vida.
Un día me dijo: “Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer. Lo primero
no exige talento ni habilidad. Lo otro supone buscar siempre tu oportunidad en
la novedad”. Rosa me ha enseñado que “nunca es demasiado tarde para llegar a
ser todo aquello que uno puede probablemente ser”.
Reflexión: Señor Jesús:
Ahora que estamos terminando el curso, qué bien nos viene estas palabras de
Rosa: no es lo mismo envejecer que crecer, para crecer hay que buscar siempre
la oportunidad que se presenta. Y nunca es demasiado tarde para llegar a ser
todo aquello que uno puede probablemente ser”. Te pedimos por esas personas
mayores que se mantienen jóvenes, con ganas de crecer y que son un ejemplo para
los jóvenes.