Lunes: PARÁBOLA SOBRE LA ORACIÓN
¡Buenos
días! En cierta ocasión hicieron una apuesta el agua, el viento y la brisa. El
juego consistía en comprobar quién era el más hábil para que, un señor que
caminaba todos los días por una calle, se quitara su valioso abrigo.
El
viento, impetuoso, contestó: ¡yo seré quien lo consiga! Cogió fuerza y sopló
sobre aquel señor que se paseaba con su flamante abrigo. Éste, al sentir el
aire, agarró fuertemente con sus manos el abrigo para que no se lo llevara
aquella corriente traicionera.
Al
día siguiente le tocó el turno al agua. Pensó; si descargo con furia sobre este
señor, no le quedará otro remedio que desprenderse del abrigo si no quiere
estropearlo. Y así fue. Comenzó a llover con intensidad. Pero, el señor del abrigo
sacó un paraguas de un bolsillo y además logró cobijarse en unos porches a
tiempo.
No
muchos días después, entre sonrisas y burlas, le tocó el turno a la brisa. Ésta
era humilde, constante en aquello que se proponía y no solía maltratar a nadie.
Cuando se dio cuenta de que, aquel señor, pasaba por la calle… comenzó a ser lo
que siempre quiso ser: suave brisa con un poco de calor. El señor al sentir la
presencia de una brisa tan agradable se dijo: “qué bien se va por esta calle”.
Y se quitó el valioso abrigo.
Así
es la oración que quiere Jesús. Confiada y suave. Constante y persistente. El
Señor, que no se deja ganar en generosidad, nos da todo aquello que le pedimos
con una condición: que lo hagamos con delicadeza, a tiempo y destiempo pero con
amor. Como la brisa lo hizo con el abrigo de aquel paseante. Y, el Señor, nos
abriga con su mano, con su paz y con su presencia. Se desprende de todo lo que
haga falta…cuando lo pedimos con humildad y cariño.
Martes: SER UNO MISMO
¡Buenos
días! Si observas, a las personas a las que llamamos “buenas personas” son
personas:
Que
necesitan pocas cosas y las cosas no son su centro;
Que
no van por la vida quejándose de todo; aman su vida;
Que
aceptan lo que son y tienen y no se comparan con otros/as;
Que
no viven para sí, sino que están abiertas a los otros;
Que
no pasan la vida chismorreando de los otros…
Convertirse no es ser como tal o cual persona. Convertirse es ser tú: tú, con tu originalidad, con tu personalidad, con todo eso que puedes ser, si de verdad te decides a serlo. Recuerda que lo que Dios quiere de ti es que seas tú mismo. Te quiere en toda la originalidad que eres. Sin añadidos, sin imitaciones.
Miércoles: CADA DÍA ES UNA OPORTUNIDAD
¡Buenos días! Sé que éste día es mi oportunidad de guardar los buenos recuerdos del pasado y conservarlos como regalos que me hicieron sonreír.
Sé que éste día me da la oportunidad de dejar atrás todo aquello que yo permití que me hiciera llorar y, que podré conservar conmigo las lecciones que aprendí. Sé que esas lecciones me volvieron más fuerte para vivir en el día de hoy. Sé que, sea como sea, así como tantos otros que ya pasaron, éste día también pasará. Gracias por darme la conciencia de que el día de ayer me trajo informaciones que hoy puedo usar o desechar. Y gracias, sobre todo, por probarme cada día que el mañana es algo que está fuera de mi control, que todavía no existe el futuro, que ya no existe el pasado y que yo solamente puedo actuar en el momento presente confiando en las manos de Dios, todo lo que para mí fue planeado.
Jueves: AMAR LO QUE SOMOS
¡Buenos
días! Los animales del bosque se dieron cuenta un día de que ninguno de ellos
era el animal perfecto: los pájaros volaban muy bien, pero no nadaban ni
escarbaban; la liebre era una estupenda corredora, pero no podía volar ni sabía
nadar... Y así todos los demás.
¿No
habría una manera de establecer una academia para mejorar la raza animal? Dicho
y hecho. En la primera clase de carrera, el conejo fue una maravilla, y todos
le dieron sobresaliente; pero en la clase de vuelo subieron al conejo a la rama
de un árbol y le dijeron: “¡Vuela, conejo!”. El animal saltó y se estrelló
contra el suelo, con tan mala suerte que se rompió dos patas y fracasó también
en el examen final de carrera. El pájaro fue fantástico volando, pero le
pidieron que excavara como el topo. Al hacerlo se lastimó las alas y el pico y,
en adelante, tampoco pudo volar; con lo que ni aprobó la prueba de excavación
ni llegó al aprobadillo en la de vuelo.
Convenzámonos:
un pez debe ser pez, un estupendo pez, un magnífico pez, pero no tiene por qué
ser pájaro. Un hombre inteligente debe sacarle partido a su inteligencia y no
empeñarse en triunfar en deportes, en mecánica y en arte a la vez. Porque sólo
cuando aprendamos a amar en serio lo que somos, seremos capaces de convertir lo
que somos en una maravilla.
Viernes: OCTUBRE MISIONERO
¡Buenos días! El próximo domingo vamos a celebrar el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), que este año lleva por lema: "CORAZONES ARDIENTES, PIES EN CAMINO".
A muchos santos se les representa con el pecho encendido en fuego, como si de su corazón salieran rayos de luz y de vida... Es el amor de Dios, que Jesús vino a traer a la tierra y que quiere que arda en todo el mundo. “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?”, se preguntan los dos discípulos de Emaús. Y es que la Palabra de Dios es viva y eficaz, es siempre transformadora, y, como el Espíritu Santo, riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito y guía al que tuerce el sendero, según dice la secuencia de Pentecostés. Un misionero es un hombre enamorado, una mujer enamorada. Es alguien que ha descubierto que Dios vale la pena, que Dios, solo Él, basta, y que ha decidido vivir la vida con Él y para Él.
El corazón del misionero tiene algo de romántico, porque no mide las dificultades o las limitaciones propias. Tiene el corazón encendido, porque se fía de Dios, que le cuida y atiende, que pone en su voluntad deseos grandes de entrega y de servicio. Esa pasión, ese amor descubierto, hace que los pies se pongan “en camino”. Sí, ese encuentro con Cristo hace salir de uno mismo y poner los medios para llevar, a todo aquel que todavía no lo conoce, el amor, la misericordia, la belleza de Dios. Te animamos a que este fin de semana recéis por todos los misioneros y misioneras que realizan su labor con alegría y esperanza en mundo mejor.
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