V SEMANA
Lunes: CANTO DE LAS CRIATURAS
¡Buenos días! Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
(Autoría atribuida a San Francisco de Asís)
Martes: TRABAJAMOS POR LA PAZ
¡Buenos días! Declaración de Principios de la Jornada de la No-violencia y la Paz.
1- Creo que el amor es mejor que el odio y la paz mejor que la guerra.
2- Me comprometo a ser amigo de todos. A no pensar mal de las personas y a fijarme en todo lo bueno que nos une antes que en lo que nos separa.
3- Me comprometo a ayudar a todos los que me necesiten, a perdonar a los que me ofendan, y a pedir perdón cuando yo ofenda a alguien.
4- Haré todo lo posible para que todos vivamos como UNA GRAN FAMILIA, CON UN SOLO CORAZÓN, para que se termine la violencia, la guerra, y consigamos la paz.
Nuestro centro educativo manifiesta su apuesta incondicional por la paz y en contra de cualquier acción que implique violencia entre los seres humanos.
Los valores que promovemos son los que anuncia el Evangelio, plenamente humanos: la vida, el amor, la libertad, la justicia y la paz.
Por principio rechazamos cualquier actitud o conducta que implique la pérdida de esos valores fundamentales que nos hacen humanos. Las guerras entre hermanos nunca pueden estar justificadas; pero tampoco los insultos entre nosotros, las amenazas, los enfrentamientos entre grupos, las venganzas, la discriminación.
Miércoles: NUNCA ES TARDE PARA COMENZAR
¡Buenos días! Cuando Fred Astaire hizo su primera prueba cinematográfica, en 1933, el informe del director de pruebas de
Por su parte, Albert Einstein no habló hasta los cuatro años y no aprendió a leer hasta los siete; su maestro lo describía como "mentalmente lento y siempre abstraído en estúpidas ensoñaciones"; lo expulsaron del colegio y le negaron el ingreso en la escuela Politécnica de Zurich.
Wiston Churchill no aprobó el sexto grado, no llegó a ser Primer Ministro hasta los 62 años, tras toda una vida de reveses, y sus mayores logros los consiguió cuando ya había cumplido los 75.
Richard Bach, antes de poder publicar su libro ‘Juan Salvador Gaviota’, vio cómo el manuscrito era rechazado por dieciocho editoriales; tras ser publicado, vendió en cinco años más de siete millones de ejemplares.
Señor, queremos descubrir todos los dones que has puesto en nuestros corazones para emplearlos en tu servicio y el de nuestros hermanos. Gracias por todo lo que nos das cada día. Y gracias, Señor, porque tú nos quieres como somos.
Jueves: LOS PIES DEL MENSAJERO
¡Buenos
días! Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la
paz. Son como el monótono discurso de la lluvia, la indumentaria elástica de la
paloma y el báculo del mar.
Las
aspas del molino soñarán con el aire impetuoso que absuelve la maleza del
campo, mientras el labriego esparce la semilla de la consolación y brotan las
lujuriosas hortalizas.
Qué
hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz.
Se aplacará la violencia hostil de los relámpagos y la luna allanará la senda del pastor solitario. Nacerá la concordia en los barrios sombríos sin otro atenuante que el chorro miserable de la fuente, sellada en el tiempo de sequía, y se amontonarán las hojas de los álamos.
Viernes: POR 25 CENTAVOS
¡Buenos
días! Hace años un sacerdote se mudó para Houston, Texas. Poco después, montó
en un autobús para ir al centro de la ciudad. Al sentarse, descubrió que el
chofer le había dado una moneda de 25 centavos de más en el cambio. Mientras consideraba que hacer, pensó para sí
mismo: "¡Ah!, olvídalo, son sólo 25 centavos. ¿Quién se va a preocupar por
tan poca cantidad? Acéptalo como un regalo de Dios".
Pero
cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle la
moneda al conductor diciéndole: "Tome, me dio usted 25 centavos de
más".
El
conductor, con una sonrisa, le respondió: "Sé que es el nuevo sacerdote
del pueblo. Estaba pensando regresar a la Iglesia y quería ver qué haría usted si yo le
daba cambio de más". Se bajó el
sacerdote sacudido por dentro y pensó: "¡Oh Dios!, por poco te vendo por
25 centavos."
Señor,
qué difícil es ser coherente siempre y en todo momento. Te pedimos que nos
ayudes a serlo. Señor, gracias por todos los que están a nuestro alrededor y
nos enseñan los valores del evangelio para vivirlos cada día.