I SEMANA
Lunes:
QUIERO SER CAPAZ
¡Buenos días! Quiero ser capaz de dar comida a quien tiene hambre.
Quiero ser capaz de dar de beber a quien tiene sed.
Quiero poder calmar las penas de quien está
intranquilo.
Quiero ofrecer reposo a quien está cansado.
Quiero abrir mis puertas y ofrecer amor a quien está
solo.
Quiero ser tu hermano, Señor.
Quiero ser realmente hermano de todos.
Quiero atreverme a ir a visitar a quien está en la
cárcel.
Quiero saber cuidar a quien está enfermo.
Quiero acoger a quien viene de cerca o de lejos,
sea blanco o negro, que eso nunca me importe.
Quiero estar dispuesto a tender mi mano
a todo el que la necesite.
Quiero ser tu hermano, Señor.
Quiero ser realmente hermano de todos.
Pero yo solo no puedo.
Ayúdame, Señor, dame el amor que necesito
para poder amar a los demás como tú los amas.
Martes:
LA NIÑA Y EL
TITIRITERO
¡Buenos
días! Era una niña de ojos grandes como lunas, con
la sonrisa suave del amanecer. Huérfana desde que ella recordara, se había
asociado a un titiritero con el que recorría, de aquí para allá, los pueblos de
la India.
Ambos se habían especializado en un número circense que consistía
en que la niña trepaba por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus
hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos. Por eso, el
hombre indicó a la niña:
- Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo
mejor será que, mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás
haciendo y tú de lo que estoy haciendo yo. De ese modo no correremos peligro,
pequeña.
Pero la niña, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de
su compañero, replicó: - No, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te
ocuparás de ti, y así, estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace,
evitaremos cualquier accidente.
RELFEXIÓN: No andes preocupado por criticar
lo que hacen los demás. Vigílate, en primer lugar, a ti mismo y libra tus
propias batallas en lugar de intervenir en las de otros.
Miércoles:
EL AYUNO QUE DIOS QUIERE
¡Buenos
días! El ayuno que Dios quiere es éste:
que
sueltes las cadenas injustas,
que
dejes libres a los oprimidos,
que
acabes con todas las opresiones,
que
compartas tu pan con el hambriento,
que
hospedes a los pobres sin techo,
que
proporciones ropas al desnudo
y
que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces
brillará tu luz como la aurora
y
tus heridas sanarán en seguida.
Entonces
invocarás al Señor
y
él te responderá; pedirás auxilio
y
te dirá: “Aquí estoy”
¡Buenos
días! Hoy os propongo que escuches con
atención un breve texto del evangelio. Jesús les decía a sus discípulos:
“¿Acaso se trae una
lámpara para taparla con una vasija de barro o ponerla debajo de la cama? ¿No
es para ponerla encima de una mesa o de un candelero y alumbre a toda la casa”.
Como
dice Jesús…nadie enciende una vela para esconderla, sino para que dé luz.
Ciertamente que parece evidente esto que hemos escuchado. Pues mirad.
Creo
que en muchas ocasiones, todos nosotros podemos ser luz para todos los que nos
rodean, pero en lugar de “ABRIRNOS” y dar nuestra luz, nos escondemos y no
dejamos que la luz que llevamos dentro salga para alumbrar a los demás.
Quizá
por miedo a SER AUTÉNTICOS, a ser gente que se preocupa por los demás, por ser
compañeros atentos, cercanos a todos, y por miedo a “ser diferente”, escondemos
esa luz que todos llevamos dentro, y que puede hacer tanto bien a los demás. Es decir; nadie se compra un móvil para no
usarlo; nadie compra una lavadora para luego lavar a mano, nadie compra un
coche para dejarlo en el garaje…. Por eso ábrete a los demás, comparte tus
cualidades con los que te rodean, sonríe, bromea, haz que la gente sea más
feliz y consigue así que tu vida sea luz para los que te conocen, y no
oscuridad.
¡Buenos
días! El trabajo de las hormigas y sus ocupaciones son muy parecidas a las de
las personas. Siempre se han caracterizado por su laboriosidad. Realizan todo
tipo de trabajos, vamos a ver algunos.
Hay
hormigas carpinteras que se introducen en las madera y la dejan hueca por
dentro. Existen también hormigas recolectoras que viven de las semillas y de
las hojas que reúnen y almacenan para alimentarse durante el invierno. Éstas
son las más previsoras. Hay hormigas guerreras que son las que defienden los
hormigueros de las agresiones externas. La hormiga albañil se encarga de hacer
los enormes hormigueros. También está la hormiga reina, cuya misión es poner
huevos y hacer que nazcan nuevas hormigas…
En
una cosa coinciden todas las hormigas: en el trabajo, la laboriosidad y el
sentido de grupo. Estos pequeños y diminutos animales nos dan ejemplo de
trabajo bien hecho y de constancia al trabajar unidos. Las hormigas poseen
Una
distribución social muy interesante. Cada una realiza el trabajo que le ha sido
encomendado para beneficio del grupo. Lo más importante no es lo que hace cada
una sino lo que son capaces de hacer juntas. Así cuando llega el frío invierno
todas las hormigas tienen alimentos y enormes hormigueros donde descansar.
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