II SEMANA
Lunes: INFIERNO Y CIELO
¡Buenos días! Según cuenta un
antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro
Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno.
Pero el maestro Zen respondió con
desdén:
- "No eres más que un patán. ¡No
puedo perder el tiempo con individuos como tú!".
Herido en lo más profundo de su ser, el
Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
- Podría matarte por tu impertinencia.
- Eso "es el infierno", repuso
el maestro Zen con calma-
Desconcertado al percibir la verdad en
lo que el maestro Zen le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el
Samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al maestro la
lección.
- Y eso "es el cielo", añadió
el maestro Zen.
REFLEXIÓN: El cielo y el infierno,
la paz y la ira, la felicidad y la desdicha, están dentro de nosotros... los
llevamos a donde quiera que vamos.
Todo ello nos habita en nuestro
interior. Por eso siempre, siempre podemos elegir cuál prevalecerá en nuestra
vida. Depende de nosotros elegir lo bueno o lo malo que hay en nuestro
interior.
Martes: MARÍA EJEMPLO EN EL TRABAJO
¡Buenos días! Durante este mes de
mayo estamos escuchando muchas cosas referidas a la
Virgen.
Este mes tiene que haber dejado huella
en tu vida.
Cuando no había brújulas, los hombres se
guiaban por la estrella polar. Sabían que allí estaba el norte y conducía
siempre a lugares seguros.
María es esta estrella. Mirándola es
imposible perderse, pensando en ella, no podemos perder el recto camino;
invocándola, es imposible desanimarse.
Nos dice San Bernardo, un gran amigo de
la Virgen María:
“En los peligros invoca María. En los
días de apuro, no dejes de pensar en ella; en todo momento no dejes de pensar
en ella. María es nuestra guía, nuestra Maestra, nuestra Madre.
Acudid a la Virgen y veréis lo que son milagros”.
Que este mes de mayo no pase en vano
para ti. Si todavía no has hecho nada por la Virgen, aún tienes tiempo. Cuida
tu vida. ¡Ofrécela a los demás!
Miércoles: MARÍA TRABAJADORA
¡Buenos días! María, en la oración de
hoy, te pedimos por nuestro modo de trabajar.
Enséñanos lo que tú practicabas: a
poner cariño y cuidado en lo que hacemos.
Que en los años de colegio aprendamos a
ser responsables.
Que pensemos siempre que trabajando
servimos a la sociedad y colaboramos con Dios para cuidar el mundo.
Que nos esforcemos por conseguir lo que
está bien hecho. Porque el servicio y el amor es lo que demuestra a los
otros que ellos nos importan. ¡Santa María, madre de Dios y madre
nuestra, que pongamos amor en nuestro trabajo.
Jueves: MES DE MAYO
¡Buenos días! Después de la aridez
del invierno, la naturaleza se recupera y estalla en una sinfonía de flores. Es
como si el Dios Creador nos ofreciera un signo sensible de la renovación de la
vida.
Mayo es el mes de las primeras
comuniones y de las madres y por lo tanto de la madre por excelencia, la Madre
de Dios.
¡Qué recuerdos tan preciosos me trae el
mes de mayo! Recuerdo la humilde tarjeta, comprada con los ahorros y
garabateada con amor, que entregaba a mi madre en el día de las madres... como
si fuera posible encerrar en un pedacito de papel cariño y agradecimiento.
Mayo es el mes en que rejuvenecen los
jardines y se visten de gala, mientras el aire, que se va haciendo más cálido,
nos advierte que el calor del verano que se vislumbra puede marchitar las
plantas más bellas.
También el mes de María no es sólo mayo;
estaremos con ella también todo el año. ¡Que María te acompañe a lo largo de la
vida, y tú se lo pidas personalmente!
Viernes: EL VALOR DE LAS PEQUEÑAS COSAS
¡Buenos días! Aprende a escuchar el
valor de las pequeñas cosas, de los acontecimientos. Verás que todo habla, todo
se comunica contigo.
Con cada falta de delicadeza, hiero un
poco a aquellos que me aman.
Con cada desatención, no soy ni educado
ni cristiano.
Con cada mirada de desprecio, alguien resulta
golpeado.
Con cada perdón que niego, va un pedazo
de mi egoísmo.
Con cada resentimiento que esbozo,
revelo algo de mi amor propio herido.
Con cada palabra áspera que digo, pierdo
algunos puntos para el cielo.
Con cada omisión que practico, rasgo una
hoja del evangelio.
Con cada limosna que niego, alejo más
triste a un pobre.
Con cada juicio malicioso, aflora mi
lado mezquino.
Con cada oración que no hago, pierdo un
mundo de gracia.
Con cada burla que hago, peco contra el
silencio.
Con cada sonrisa que desparramo, planto
una esperanza.
Con cada espina que clavo, lastimo el
corazón de un semejante.
REFLEXIÓN: "La fuente de la
verdadera felicidad está en el interior de cada ser humano, donde Dios se hace
paz, alegría, gozo, serenidad para quienes viven en amistad con Él"
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