IV SEMANA
Lunes: LA CRISIS SE PUEDEN SUPERAR
¡Buenos
días! No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La
crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la
crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de
la noche oscura. Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y
las grandes estrategias.
Quien
supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la
crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a
los problemas que a las soluciones.
La
verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas
y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no
hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin
crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno,
porque en crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y
callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro.
Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no
querer luchar por superarla. (Albert Einstein)
¡Buenos días! Quiero ser capaz de
dar comida a quien tiene hambre.
Quiero ser capaz de dar de beber a quien tiene sed.
Quiero poder calmar las penas de quien está intranquilo.
Quiero ofrecer reposo a quien está cansado.
Quiero abrir mis puertas y ofrecer amor a quien está solo.
Quiero ser tu hermano, Señor.
Quiero ser realmente hermano de todos.
Quiero atreverme a ir a visitar a quien está en la cárcel.
Quiero saber cuidar a quien está enfermo.
Quiero acoger a quien viene de cerca o de lejos,
sea blanco o negro, que eso nunca me importe.
Quiero estar dispuesto a tender mi mano
a todo el que la necesite.
Quiero ser tu hermano, Señor.
Quiero ser realmente hermano de todos.
Pero yo solo no puedo.
Ayúdame, Señor, dame el amor que necesito
para poder amar a los demás como tú los amas.
Miércoles: EL PERDÓN
¡Buenos
días! Quizás es una de las dimensiones más profundas de la vida. Experimentar que somos vulnerables.
Herir a quien amas. Fallarle a quien se fía de ti. Saber que no hay marcha
atrás, que los gestos, o las palabras, o las acciones, ya han desencadenado
huracanes…
Y, sin embargo, descubrir la otra
lógica. No la del rencor y la venganza. No la del agravio
sin salida. No la del reproche definitivo. Sino la disposición para ayudar a
sanar. La de mantener los puentes tendidos. La de amar o ser amado.
Si quien podría juzgarte con dureza te mira con misericordia,
entonces, entenderás un poco más a Dios…
Jueves: LA
GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
¡Buenos
días! Un día,
trabajando en el campo y lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le
dijo:
– Buen hombre, he oído tus lamentaciones.
– Voy a hacer que tu fortuna cambie.
– Toma esta gallina; es tan maravillosa que todos los días pone un huevo de
oro.
El enanito desapareció sin más y
el labrador llevó la gallina a su corral sin darlo más importancia.
Al día siguiente por su sorpresa
encontró el huevo de oro que el enano le había prometido. Se fue con ella a la
ciudad, donde vendió el huevo por un precio elevado. Al día siguiente, loco de
alegría, encontró otro huevo de oro. ¡Por fin la fortuna había entrado a su
casa! Todos los días tenía un nuevo huevo. Fue así que poco a poco, con los
ingresos de la venta de los huevos, que se fue convirtiéndolo en el hombre más
rico de la comarca.
Pero
una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:
– ¿Por qué esperar a que cada día la gallina ponga un huevo?
– Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro.
Y así lo hizo, pero en el
interior de la gallina no encontró ninguna mina. A causa de su avaricia, perdió
la fuente de sus ingresos. Y encima por mala gestión gastó toda su fortuna en
poco tiempo. Volvió a ser un hombre pobre.
Reflexión:
hay que aprender a valorar las cosas, y conformarnos con lo que tenemos.
Viernes: EL
FANFARRÓN
¡Buenos días! Un atleta, que era muy conocido de sus
conciudadanos por su debilidad, partió un día para tierras lejanas. Volvió
después de algún tiempo, anunciando que había llevado a cabo grandes proezas en
distintos países. Contaba con especial esmero haber hecho en Rodas un salto que
nunca antes ninguno de los atletas coronados en los juegos olímpicos había sido
capaz de realizar. Agregaba además que presentaría los testigos de su hazaña si
algunos de los que allí se hallaban presentes venían alguna vez a su tierra. Uno
de los oyentes tomó la palabra y dijo:
– Oye, amigo: si eso es cierto, ¡no necesitamos testigos!
– Esto es Rodas, da el salto y muéstralo.
Reflexión:
a veces, si no puedes probar con
los hechos lo que dices, no estás diciendo nada.
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