sábado, 6 de abril de 2024

"Una sonrisa para cada día". ESO, CFGB y Bachillerato. 2ª SEMANA DE ABRIL.

 


II SEMANA

Lunes: UNA SOLA CASA

¡Buenos días! Le preguntó el padre: ¿Han dejado de trabajar en la obra de mi casa?

No -respondió el hijo-. Pero ninguno trabaja en la misma manera que trabajo yo, ni hacen las cosas como yo las hago.

-Hay muchos modos de ayudar a construir mi casa –expresó el padre-.

Haz con amor tu parte y no pierdas el tiempo en discutir con los demás.

Aunque cada quien trabaje en diferente modo lo importante es que trabaje en mi obra. Terminada la casa todos nos encontraremos en ella, y entonces ya no habrá ninguna diferencia.

El hijo entendió lo que el padre le decía, y supo que aunque haya distintos operarios y diferentes modos de trabajar, la casa es una sola.

REFLEXIÓN: "No le digas a Dios cuán grande es tu problema; dile a tu problema cuán grande es Dios". 

Martes: TENER ÉXITO

¡Buenos días! ¿Qué es tener éxito?

· Es tener confianza en ti mismo.

· Es aceptar lo que no se puede cambiar.

· Es saber cambiar a tiempo.

· Es saber y poder delegar en los demás parte de tu tarea.

· Es volver a empezar.

· Es reconocer que te equivocaste y pedir perdón.

· Es reconocer que detrás de cada acierto, puede haber varios fracasos.

· Es enamorarte de lo que haces.

· Es no rendirse jamás.

· Es disfrutar del tiempo libre.

· Es volver a comenzar con el mismo entusiasmo.

· Es no hacerse problema por las cosas pequeñas.

· Es dejar una huella para que otro pueda seguir.

· Es jugar a ganar por disfrutar.

· Es arriesgar.

REFLEXIÓN: "Nadie aplaude la flauta después de un concierto, sólo aplauden al flautista. Aplaude y reconoce al Flautista de tu vida".

 

Miércoles: TIEMPO DE CONFIANZA 

¡Buenos días! La Pascua nos habla de fe, de confianza,… Aquí nada es evidente pero Jesús nos invita a confiar, a fiarnos,… aún no siendo fácil como en el siguiente relato: Se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas, al enterarse de que el edificio estaba en llamas, rápidamente salieron de sus apartamentos a excepción de un niño de ocho años de edad que dormía solo en el octavo piso, pues su padre había salido a comprar y su madre estaba de viaje.

El fuego se intensificaba; las llamas iban subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo pero sus esfuerzos eran inútiles. El edificio estaba totalmente en llamas teniendo los bomberos que pedir refuerzos a otras unidades de la ciudad.

El drama aumentó cuando supieron que había un niño en el octavo piso y el fuego iba ya por el quinto. De repente aparece el padre del niño preocupado al ver ese cuadro. Los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando:

-¡Papá! ¡Tengo miedo!

El padre lo escucha y llorando le dice: -¡Hijo! No tengas miedo; yo estoy aquí, no tengas miedo.

Pero el niño no lograba verlo: - Papá no te veo, sólo veo humo y fuego.

Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina y le dice: -Yo sí te veo, hijo. Haz lo que te voy a decir. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo. ¡TÍRATE!

El hijo le dice: -Pero yo a ti no te veo.

El Padre le contesta. - ¿Sabes cómo lo vas a hacer? Cierra los ojos y lánzate. El niño dice: -Papá no te veo, pero allá voy.

El niño se lanzó y lo rescataron. Entonces el padre lo abraza y llora con él, ambos muy contentos.

REFLEXIÓN: El hijo comprende que aunque no vea al padre sus palabras son suficientes para confiar en él. Así nos puede ocurrir con Jesús, donde el humo del incendio no nos deja verlo pero él sigue insistiendo: CONFÍA EN MÍ. Cierra los ojos y ¡¡TÍRATE!!

Jueves: UN SIMPLE PLÁTANO

¡Buenos días! El texto que hoy te propongo como excusa para reflexionar es una carta al director enviada al suplemento de un periódico, XL Semanal, y que ganó el premio a la mejor carta de aquella semana.

La firma Dulcina Fonseca García y se titula “Un simple plátano“. Dice así:

“Después de 11 años trabajando como médico en uno de los países que hemos bautizado como ‘Tercer Mundo’, debí volver a mi casa por asuntos personales.

En una cena familiar, un pariente cercano me preguntó que para qué había estudiado Medicina si estaba malviviendo en una zona perdida de la selva.

Sin siquiera darme tiempo a responder, justificaba socarronamente su duda afirmando que, para vivir así, mejor me hubiera hecho misionera y no habría tenido que ¿malgastar? los mejores años de mi juventud estudiando. Lo realmente curioso es que casi todos los allí presentes le daban la razón haciéndome sentir un animal raro.

Quizá yo pensaría como ellos si me faltase la experiencia de estos años: muchos pacientes han llegado a ofrecerme un plátano como agradecimiento por haber ayudado en un parto o haber aliviado un dolor innecesario de una enfermedad incurable. Un simple plátano, qué miseria para nuestros estómagos saciados, ¿verdad?  Lo que muchos no saben es que dos plátanos son la cena incluso la comida de un día completo de un matrimonio con tres niños. Sin embargo, en una acción de máxima gratitud (eso que a los occidentales nos falta) han reconocido mi modesto trabajo compartiendo conmigo lo máximo que tienen. ¿Puede un profesional sentir mayor satisfacción?

- ¿Te parece que valoramos suficientemente lo que tenemos?

- ¿Somos de verdad agradecidos con los demás?

 

Viernes: ¿HASTA CUÁNDO DIRÉ “MAÑANA”? 

¡Buenos días! Fíjate en el segundero de un reloj…camina veloz, pasa deprisa, no tiene cansancio, no vuelve atrás...

Mientras has leído estas lineas ha pasado una parte de tu vida, diminuta pero parte importante que ya no volverá nunca.

Por eso es fundamental vivir el presente, mirar hacia el futuro con ojos esperanzadores, creer que los proyectos imposibles pueden hacerse realidad.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy porque el "hoy" ya no vuelve, porque la vida es una oportunidad que nunca pasa dos veces, porque necesitamos que tu tiempo sea para dar amor a los demás.

¿Hasta cuando diremos "mañana, mañana"? ¿Por qué no hoy? por qué no poner fin a aquello que nos ata para ser capaces de abrir nuestros brazos a la amistad, la ternura, el esfuerzo y la oración que nos engrandece?

Jesús vivió el presente dándolo todo a cada momento y legándonos un mensaje que perdura en el tiempo. Hoy es hoy, y mañana ¿seguiremos mirando el segundero o caminaremos por el sendero del presente?


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