IV SEMANA
Lunes:
ROMPER LAS OLLAS Y HUNDIR LAS NAVES
En una ocasión, Xiang Yu ordenó a
todos sus seguidores, cruzar el río Zhanghe para atacar a dos mil soldados de
la dinastía Qin comandados por el general Zhang Hang. Después de atravesar el
río, Xian Yu dio la orden de que cada soldado tenía que llevar consigo comida
suficiente para tres días, y después romper todas las ollas y hundir todos sus
barcos. Ante tales instrucciones, los soldados preguntaron:
—¿Por qué hemos de destruir los
barcos?, ¿cuál será nuestra salida?
—La orden del comandante tiene que
ser cumplida—dijo Xiang Yu a sus combatientes—Ahora, sin ollas ni barcos,
podremos luchar y avanzar. Retirarnos sería la muerte. Los de Xiang Yu,
privados de toda posibilidad de supervivencia, lucharon heroicamente contra el
enemigo hasta derrotar a los dos mil soldados de la dinastía Qin.
Esta batalla dio gran fama a Xiang
Yu, y veinte siglos han pasado desde que se originó este proverbio, pero aún
hoy, los chinos lo utilizan para expresar la férrea determinación de hacer
algo. (Proverbio popular chino)
"Romper las ollas y hundir las naves" es lo que hacen todos los que quieren triunfar de verdad en la vida. Nosotros, sin embargo, no acabamos de decidirnos a estudiar, a ser cristianos del todo…queremos tener siempre la retirada preparada. Enséñanos Señor a romper las ollas y hundir las naves. Esta mañana te pedimos por todos y todas que sienten tu llamada y no se atreven a dejarlo todo para seguirte.
Martes:
EL LEÓN, EL JABALÍ, EL TORO Y EL ASNO
¡Buenos días! A un león ya viejo, estando enfermo, sin fuerzas y muy cercano a la muerte, se le acercó un jabalí que lo odiaba, por haberle maltratado e injuriado alguna vez, y lo hirió en venganza. A poco de esto vino un toro y lo hirió muy cruelmente con sus cuernos; y finalmente vino un asno, que le dio un par de coces en la frente.
Viendo esto el león, dijo
suspirando: Cuando yo estaba sano y era fuerte, todos me
temían y honraban; de manera, que mi fama espantaba a muchos; pero ahora todos se me atreven. Cuando
mis fuerzas y poder perecieron, toda mi honra pereció
con ello. (Esopo)
Nuestro pueblo dice esto mismo así: "del árbol caído todos hacen leña". A veces nosotros también abusamos de los compañeros más débiles y de los profesores con menos autoridad. Los ricos abusan de los pobres. Los gobiernos fuertes abusan de los débiles. Haznos comprender Señor que este comportamiento no es propio de cristianos, sino de cobardes. Te pedimos por los opresores y sus víctimas, para que tú nos animes a ayudarles.
Miércoles:
LAS VUELTAS
¡Buenos días! En una pequeña estación
de un pueblo, un grupito
de muchachos ofrecía
a los viajeros pobres cartuchos de uvas.
«¡Uvas, uvas! ¡Cincuenta bolívares!».
Compré uno con un billete
de cien. «¡No tengo cambio»
gritó asustado el muchacho vendedor.
El tren se mueve. «¡No tengo cambio!», repitió él con alegría, corriendo
junto al tren. «¡Quédate con todo!» le grité. Aquel me miró asombrado, se paró, y gritó de nuevo: «¡No! ¡No!».
El
tren corría ya; él podía quedarse con todo. Pero entonces, he aquí que da una carrera desesperada, alcanza mi ventana,
y una vez alcanzada me tira dentro
otro cartucho de uvas: «¡Gracias! ¡Ahí tiene la vuelta!».
(De virtud en ejemplos)
Dos buenos ejemplos nos ha ofrecido
esta parábola: el comprador estaba dispuesto a darle al vendedor más de lo que recibía. Y el vendedor
no quiso defraudar al comprador. Cuando
todas las personas
nos portamos bien ¡que hermoso
y feliz
se vuelve el mundo! Gracias,
Señor, porque hay mucha
gente buena. Haz que nos acordemos de los que obran el mal,
no para maldecirlos, sino para ayudarles con nuestro ejemplo
y nuestra oración.
Jueves:
EL PAPEL Y LA TINTA
¡Buenos días! Una hoja de papel,
puesta sobre un escritorio junto a otras hojas iguales a ella, se encontró un
día toda cubierta de señales.
Una pluma, llena de tinta negra,
había trazado sobre ella muchos diseños y palabras. «¿Por qué me has tratado
así», dijo resentida la hoja de papel a la tinta. «¿No podías evitarme esta
humillación? ¡Estaba tan blanca y limpia! ¡Pero tú me has ensuciado con tu
negro infierno, me has estropeado para siempre! ».
«Espera», le responde la tinta. «Yo
no te he ensuciado, te he revestido de símbolos. Antes tú no eras más que una
simple hoja de papel, ahora te has convertido en un mensaje. Tú guardas el
pensamiento del hombre, eres un instrumento precioso.» De hecho, allí cerca, al
ordenar el escritorio, alguien vio esas hojas y las recogió para tirarlas al
fuego. Pero enseguida se dio cuenta de la hoja «manchada» de tinta, tiró todas
las otras, dejando solamente aquella que llevaba, bien visible, el mensaje de
la inteligencia.
(Leonardo da Vinci. Fábulas)
Nosotros
valdremos más, si nuestra vida está más llena de ideas y de obras buenas. Somos
como una hoja de papel: vale más
cuanto mejores palabras se hayan escrito en ella. Señor, que no perdamos
nuestra vida en tonterías, sino que la llenemos de obras de servicio a los demás. Hoy pedimos, por los que nos ayudan con sus libros y sus obras
de arte, por los que
hacen películas y programas de TV que aumentan las ganas de ser mejores.
Viernes: UN SECRETO DE AMOR
¡Buenos
días! Mientras hojeaba sus «dosieres» matrimoniales, el diablo observó con
enojo que todavía quedaba una pareja, sobre la tierra, que vivía de amor y en
concordia.
Decide
hacer una inspección. Se trataba en realidad de una pareja común: sin embargo
emanaba tanto amor que alrededor de ella parecía que fuese una eterna
primavera.
El
diablo quiso conocer el secreto de aquel amor.
—No
hay ningún secreto—le explicaron los dos—. Vivimos nuestro amor como una
competencia: cuando uno de los dos se equivoca, el otro asume la culpa; cuando
uno de los dos obra bien, el otro recibe las alabanzas; cuando uno de los dos
sufre, el otro recibe el consuelo; cuando uno de los dos se alegra, el otro se
complace. En fin, competimos siempre a ver quién llega antes.
Al
diablo le pareció todo esto tonto. Y se marchó sin hacerles daño. Y por eso
pueden todavía existir parejas felices en la tierra. (Dino Semplici)
El
secreto del amor, está en ser los dos “uno”. A los jóvenes se nos llena la boca
de la palabra “amor”, pero no somos capaces de sacrificarnos por la persona
amada. Ayúdanos a madurar en el amor, a no confundir nunca amor con gusto, a no
buscarnos en la persona a la que decimos amar. Hoy pedimos por las
familias donde no hay amor y por los jóvenes que no aman de verdad.
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