LECTURAS TERCERA SEMANA DE FEBRERO
Lunes: Las estrellas.
Tema: CONFIANZA
¡Buenos
días! Una noche estrellada, un avión cruzaba el océano Atlántico. Los pasajeros
disfrutaban la cena mientras escuchaban una suave música. De pronto los
sistemas de comunicación y dirección del aparato fallaron y el panel quedó en
blanco. El ingeniero de vuelo no pudo hacer nada y el piloto se sintió presa
del pánico. Pidió a la azafata que preguntara si había algún experto en
electrónica entre el pasaje. Un pasajero entró en la cabina. “¿Es usted experto
en electrónica?”, preguntó el piloto ‐“No señor, respondió el pasajero”
‐“Entonces,
salga de la cabina”, gritó el piloto fuera de sí. “No me sirve”.
‐El
pasajero respondió serena y cortésmente: “Dígame, por favor, cuál es el
problema, porque creo que puedo ayudarle”.
‐
“Nos encontramos perdidos sobre el océano”.
‐“Entonces
yo conozco la solución. Muéstreme su mapa de ruta y el punto de destino”. Con
los ojos clavados en el cielo, leyó las estrellas y dirigió el vuelo del
piloto. El pasajero era astrónomo.
Reflexión: Señor Jesús: ¡Qué importante es no
ponerse nervioso ante los problemas, no angustiarse ante las dificultades!
Normalmente todos los problemas tienen más de una solución. Ayúdanos a ser
amplios de mente y corazón, y a no negarnos a escuchar a nadie, porque todos
pueden ayudar. Te ofrecemos el trabajo y la oración de hoy por esas personas que
se dedican al estudio y ponen sus conocimientos al servicio de los demás. Y por
aquéllos que ni siquiera saben leer y escribir, porque no han podido ir a la
escuela.
Martes: “Veloz”
Tema: UNIDAD
¡Buenos
días! Érase una vez una colonia de peces pequeños. Cierto día un pez enorme los
divisó y se los tragó a todos. Bueno, a todos menos uno, el más pequeñito, al
que sus compañeros llamaban “el veloz”. Lejos de entristecerse y asustarse se
decidió a explorar todas las bellezas del océano. Un tiempo después encontró
otra colonia de pequeños peces como él. ¡Qué feliz se sintió de hallar de nuevo
compañía! Les habló de los lugares que había visitado, les contó lo que le pasó
a su colonia; y ellos le confesaron que no se alejaban de aquel lugar porque
tenían miedo a los peces grandes.
‐“Escuchadme –les dijo‐ sólo hay una manera de seguir vivos y disfrutar de todo lo que el océano nos ofrece: unirnos y permanecer juntos. Agrupémonos, de tal manera que parezcamos un pez enorme y así infundiremos temor a todos los peces grandes” Los peces pequeños se agruparon en forma de un enorme pez, con “el veloz” abriendo filas, como un ojo vigilante, y así pudieron explorar el mar, felices y tranquilos.
Reflexión: La unión hace la fuerza, pero la unión supone esfuerzo y renunciar a los caprichos personales. Estamos hartos de comprobarlo en el deporte y en tantas otras cosas. Señor, ayúdanos a ser promotores de la unión y la paz. Te pedimos por todos los que promueven la unión y la paz en nuestro mundo.
Miércoles: El rostro.
Tema: EL PRÓJIMO.
¡Buenos
días! El Maestro solía sorprender a los discípulos con enseñanzas que
aparentaban ser simples juegos de palabras, pero que encerraban la profunda
sabiduría transmitida de generación en generación. Para poner a prueba a sus
discípulos, esta vez se le ocurrió preguntarle así: “¿Cuándo sabemos que es de
noche o de día?”.
Los
discípulos fueron respondiendo por turno: “Cuando somos capaces de ver un
animal”… “Cuando divisamos un árbol y somos capaces de adivinar si es un peral
o un manzano”… “Cuando podemos distinguir el color de una prenda a diez
metros”… “Cuando…”.
El
maestro sorprendió a todos diciendo que ninguna de aquellas respuestas era
correcta y sentenció solemnemente: “Hijos míos, sólo será de día, aunque reine
la noche más obscura, cuando sepamos mirar al rostro de cualquier hombre o
mujer y seamos capaces de descubrir en él
un
hermano o una hermana”. Los discípulos guardaron silencio y rumiaban esta
enseñanza en su corazón.
Reflexión: Señor, esta es una gran lección: “sólo es de día para cada uno de nosotros,
cuando sabemos mirar el rostro de cualquier persona y ver un hermano en ella”.
Ayúdanos a vivir así. Te pedimos esta mañana por aquellos que se sienten solos
en la vida y no son capaces de ver en ningún rostro a un hermano.
Jueves: Las gafas.
Tema: LA ACOGIDA.
¡Buenos
días! Érase una vez una ciudad muy triste donde todo el mundo llevaba gafas.
Los hombres y mujeres de aquella ciudad usaban unas gafas totalmente
extraordinarias: unas descomponían la luz, captando sólo unos rayos
determinados; otras, lo que descomponían era los objetos y sólo veían algunos
aspectos de los mismos; las había que te hacían ver como feo aquello que hasta
entonces se había considerado hermoso, y hermoso lo que hasta entonces se había
visto como feo… Existían muchas clases de gafas. Y todas creaban de nuevo el
mundo, desde una infinidad de puntos de vista distintos. La historia venía de
tiempo atrás. Un genio malintencionado había inventado estos diferentes tipos
de gafas. Al principio, nadie compraba aquellas extrañas gafas. Después,
algunos empezaron a probarlas y encontraban sus efectos muy divertidos. Se
pusieron de moda. Todo el mundo comenzó a comprarlas, para poder tener su
propia visión de las personas, las cosas y el mundo. Lo peor de estas gafas es
que te hacían ver a las demás personas como enemigos. Pero una tormenta de aire
quitó cierto día las gafas a todos de golpe y ¡oh, sorpresa!: desde ese
instante todos se reconocieron como hermanos, vivieron sin gafas, comieron
perdices y fueron felices.
Reflexión: Señor Jesús: Es tiempo de quitarnos
las gafas y ver a todas las personas como hermanos: el blanco, el negro, el
soberbio, el humilde, el débil, el fuerte… Ayúdanos a liberarnos de esas gafas
que se llaman prejuicios, racismo, elitismo… Te pedimos por las personas que
caminan con gafas que les hacen ver a los otros como inferiores o enemigos.
Viernes: El pozo.
Tema: LA EXPLOTACIÓN.
¡Buenos
días! Oculto en el bosque entre la maleza había un pozo abandonado. El sol
nunca conseguía penetrar hasta su fondo, por lo que el pozo estaba oscuro y
húmedo y sólo lo habitaban unas cuantas ranas. En las copas de los árboles, sin
embargo, anidaban las golondrinas, que revoloteando de rama en rama,
disfrutaban del calor del sol y del color de las flores. Las pequeñas ranas del
fondo se parecían bastante a las personas: estaban siempre ocupadas, trabajando
día tras día, en un mundo sin color ni fragancia, sin variedad ni belleza, sin
libertad… Su única finalidad en la vida perecía ser producir y producir,
constantemente vigiladas por sus jefes, las ranas grandes. Cierto día de
verano, en el que un hilo de sol había logrado penetrar en el pozo, una osada
golondrina bajó a ver lo que allí pasaba. Entrando y saliendo cantaba la
alegría y la libertad. Su canto incitaba a las ranas a vivir una vida mejor, a
descubrir la experiencia de los días soleados y del cielo azul, de los placeres
del amor y la libertad. Las ranas pequeñas escucharon embelesadas. Pero las
grandes pretendieron interrumpir el canto de la golondrina. Poco después de aquello,
hubo una revolución en el pozo: las ranas pequeñas hicieron frente a las
grandes y, tras una larga batalla, derrotaron a sus explotadoras y consiguieron
vivir haciendo de su mundo, un lugar más alegre y feliz.
Reflexión: Señor, Tú nos has creado para ser
felices, para disfrutar de este mundo inmenso y precioso que nos has regalado.
Ayúdanos a desarrollarlo y a conservarlo para que los que nos han de seguir,
disfruten también de él. Hoy te pedimos por los últimos de esta tierra nuestra,
por aquéllos a los que les ha tocado la peor parte y lo están pasando mal en
sus vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario