LECTURAS CUARTA SEMANA DE FEBRERO
Lunes: La herida
Tema: PROVIDENCIA
¡Buenos
días! Un día Akbar, el Emperador, y su
siervo Birbal fueron a la selva a cazar. Al disparar la escopeta, Akbar se
hirió en el dedo pulgar de su mano derecha y gritó de dolor. Birbal le vendó el
dedo y lo consoló con esta reflexión filosófica: “Majestad, no se lamente más.
Nunca sabemos qué es bueno o malo para nosotros. Debemos contemplar todo lo que
nos ocurre con confianza en la Providencia”. Al emperador no le sentó bien el
consejo, se enfadó y arrojó a su siervo al fondo de un pozo abandonado. El
emperador continuó luego solo por el bosque. Un grupo de salvajes le salió al
encuentro, lo rodearon, lo hicieron cautivo y dispusieron sacrificarlo. El
hechicero de la tribu lo examinó y, al ver que tenía un dedo vendado, lo
rechazó, porque la víctima no podía tener defecto físico alguno. Akbar
comprendió que su siervo Birbal tenía razón en lo que le dijo, le entró
remordimiento, volvió al pozo y lo sacó.
‐“Majestad,
no tenga remordimiento, porque no me ha causado daño, sino beneficio, le dijo.
Si no me hubiera dejado en este pozo, esos salvajes me habrían cogido con usted
y habría sido yo el sacrificado. Se cumple lo que le dije: nunca podemos saber
por adelantado si lo que nos ocurre es bueno o malo: dejemos que actúe la
Providencia”.
Reflexión: Señor Jesús: No es fácil para
ningún creyente “dejar actuar a la Providencia” o, dicho de otra manera, ver en
todo lo que nos sucede tu mano, para desde esa confianza buscar lo mejor en
cada caso. Ayúdanos a crecer en verdadera confianza en ti. Te pedimos por
nuestros padres, catequistas y educadores, a los que debemos la fe en ti.
Martes: El espejismo.
Tema: EQUILIBRIO.
¡Buenos
días! Con frecuencia unos seres humanos pecamos de soñar despiertos,
confundiendo nuestros deseos con la realidad; mientras que a otros, aunque
parezca raro, las realidades nos parecen espejismos. Esto último fue lo que le
costó la vida al protagonista de nuestra historia de hoy: un hombre se había
perdido en el desierto. Agotadas sus provisiones de víveres y de agua, caminaba
exhausto por las ardientes arenas. De repente vio ante sí un borboteo de agua.
Desconsolado pensó: “No puede ser real. Tiene que ser un espejismo. A mí nunca
me salen las cosas bien. Delante de mí no hay agua”. Desfallecido, cayó al
suelo. Poco tiempo después lo encontraron dos habitantes del desierto. Entonces
ya nada pudieron hacer por él. Estaba muerto. ‐“Qué absurdo, qué mala suerte,
dijo uno de ellos, ¡tan cerca del agua y no fue capaz de beber!. ‐“No, hermano,
posiblemente se trataba de un hombre que vivió confundiendo la realidad con los
espejismos”, sentenció el otro.
Reflexión: Señor Jesús: En la vida nunca son
buenos los extremismos. Ayúdanos a guardar ese equilibrio que se nos hace tan difícil.
Te pedimos por esas personas tan pesimistas que todo lo ven negro; y por
aquellos que, por el contrario, son capaces de ver lo positivo de toda
situación.
Miércoles: El burro listillo.
Tema: LA RUTINA.
¡Buenos días! Aquel día el dueño había castigado verdaderamente al pobre asno: ¡cuántos sacos le cargó sobre el lomo!. Al atravesar un pequeño riachuelo, el asno tropezó y se cayó. Como los sacos contenían sal, gran parte de ésta se disolvió en el agua. Y cuando el patrón logró levantar al asno, éste se encontró mucho más ligero de peso que antes de la caída. A la vista de la experiencia, el asno pensó que mientras más tiempo permaneciera en el agua, menos carga soportaría. Algún tiempo después nuestro asno llevaba una carga mucho más ligera: sacos con esponjas. Y mira por dónde, también esta vez tuvo que atravesar un río. Se acordó de la vez anterior, se dejó caer en el agua y el amo no lograba levantarlo ni arreándole con la fusta. Las esponjas se empaparon de agua y el peso de la carga aumentó lo indecible. Llegó un momento en el que el asno ya no se pudo levantar y, por listo, el asno murió ahogado.
Reflexión: Señor Jesús: La lección de hoy nos
invita a vivir con los ojos abiertos y a usar siempre la inteligencia, sin
dejarnos llevar de la rutina. Dice el refrán que ningún burro tropieza dos
veces en la misma piedra. Ayúdanos a no ser burros. Te pedimos por las asociaciones
defensoras de los derechos de los animales y por aquéllos que tratan a las
personas como si fueran burros de carga.
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