2ª SEMANA DE DICIEMBRE
LUNES: EL OLVIDO DE LA NAVIDAD
¡Buenos días! Una
vez los animales tuvieron una reunión. La zorra preguntó qué era para ellos la
navidad a lo que el oso respondió:
- ¡Turrón! Para mí
la Navidad es una buena cantidad de tabletas de turrón.
Intervino la
urraca:
- Yo subrayaría
los adornos luminosos y los colgantes deslumbrantes. La Navidad es una cosa
brillante.
También el buey
quiso dar su opinión:
- ¡Lo que hace la Navidad
es el cava! Sería capaz de beber un par de botellas tranquilamente.
El burro tomó la
palabra con vehemencia:
- Pero, buey, ¿te
has vuelto loco? La cosa más importante de la navidad es el Niño Jesús. ¿Lo
habías
olvidado? Lleno de
vergüenza, el buey bajo su enorme cabeza y dijo:
- ¿Pero lo saben
los hombres?
Reflexión: Corremos
peligro de que nos pase como a los animales. Fiestas, turrones, luces, cavas y
luego que han terminado nos han dejado un profundo vacío. Eso no era la
Navidad. En medio de la fiesta tiene que estar presidiéndola Jesús. Él es el
protagonista verdadero.
MARTES: QUIERO ESTAR EN VELA SEÑOR (2ª PARTE)
¡Buenos días! QUIERO
ESTAR EN VELA, SEÑOR
Porque el mundo
necesita ánimo y levantar su cabeza
Porque el mundo,
sin Ti, está cada vez más frío
Porque el mundo,
sin Ti, es un caos sin esperanza
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado
QUIERO ESTAR EN
VELA, SEÑOR
Prepara mi vida
personal: que sea la tierra donde crezcas
Trabaja mi
corazón: que sea la cuna donde nazcas
Ilumina mis
caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que tu me das
Quiero estar, en
vela, Señor
Entre otras cosas
porque, tu Nacimiento,
será la mejor
noticia de la Noche Santa
que se hará
madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!
MIÉRCOLES: BUSCANDO AMIGOS
¡Buenos días!
El amigo dudoso
nunca te ha visto llorar; el amigo seguro tiene los hombros empapados de tus
lágrimas.
El amigo dudoso no
sabe cómo se llaman tus padres; el amigo seguro tiene sus datos anotados en su
libreta de direcciones.
El amigo dudoso
detesta que lo llames muy tarde en la noche; el amigo seguro te pregunta por
qué tardaste tanto en llamar.
El amigo dudoso te
busca para contarte sus problemas; el amigo seguro te busca para ayudarte con
los tuyos.
El amigo dudoso,
cuando te visita, se porta como un invitado; el amigo seguro, en tu hogar, se
siente en casa.
El amigo dudoso
piensa que la amistad se ha acabado cuando los dos se pelean; el amigo seguro
sabe que no hay amistad que valga que no resista una buena pelea.
El amigo dudoso
espera que lo acompañes en las buenas y en las malas; el amigo seguro te
acompañará a ti, pase lo que pase.
¿Y tú, qué tipo de amigo eres?
JUEVES: “LOS OJALATEROS”
¡Buenos días!
Con frecuencia nos
lamentamos de que las cosas no sucedan como nosotros queremos y estamos
continuamente
incordiando a los demás porque las cosas no salen a nuestro gusto.
“Dicen que cuando
Carlos VII El Victorioso (1422-1461) quería conquistar unas tierras heredadas
de sus antepasados, le rodeaban gente que siempre estaban con estas palabras en
sus labios:
-¡Ojalá que venzan
nuestras tropas!
-¡Ojalá que
desaparezcan nuestros enemigos!
-¡Ojalá pronto
triunfemos en Madrid!
-¡Ojalá...!
Así decían, pero
ellos no hacían nada porque aquello sucediera. Sólo sembraban discordias y
condenar a los vecinos, pasar el tiempo en frivolidades...
Por eso les
llamaron los “ojalateros”.
Estamos acercándonos a la Navidad y esta expresión solemos decirla con frecuencia. ¡Ojalá que Dios nos traiga suerte, trabajo, alegría...! Pero nosotros no hacemos nada para que eso pueda suceder. Jesús vendrá de nuevo, pero tenemos que preparar el terreno.
VIERNES:
LA LUZ DE LA ESPERANZA
¡Buenos días!
Había una vez,
hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche
caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy
oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se
encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de
que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno,
tu ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves.
Entonces, el ciego
le responde:
- Yo no llevo la
lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi... No solo
es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que
otros puedan servirse de ella.
Cada uno de
nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros,
aunque uno
aparentemente no
lo necesite. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces
en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás.
Si toda la gente
encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con
mayor
intensidad. Tenemos
en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar
en vez de oscurecer...
Está en nosotros
saber usarla...Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en
las tinieblas...
