II SEMANA DE NOVIEMBRE
Lunes: MIEDO A DECIDIR
¡Buenos
días! Definitivamente tengo miedo a
decidir. Y creo que es algo bastante frecuente en nuestro mundo. No sé dónde lo
notas tú… Hay gente que se bloquea durante horas con la maleta a medio hacer,
incapaces de decidir qué dejan y qué se llevan de viaje. Otros sufren un
colapso a la hora de comprar, con dos prendas en la mano a tres pasos del
mostrador. Hay quien casi muere al elegir carrera y quien se replantea esa
decisión cada vez que los exámenes aprietan un poco…
Da
igual dónde lo notes exactamente, el miedo a decidir está ahí. Porque decidir
es básicamente eso: optar por una cosa y renunciar a otras. Y eso nos cuesta
mucho. Hay una imagen que me ilumina especialmente en esto: la del árbol y el
arbusto. Un arbusto no necesita una verdadera poda; las ramas crecen hacia
cualquier lado, pequeñas y abundantes. Sin embargo, para que crezca un buen
árbol es necesario podar unas ramas y así otras recibirán la savia abundante.
Unas ramas se cortan pero gracias a eso, hay otras que crecen fuertes, se
robustecen y dan fruto. Tomar decisiones es algo parecido: supone podar y
renunciar a cosas para dedicar tiempo y corazón a otras. Pero sólo así
crecemos, sólo así damos fruto.
Martes: DIOS NO ES DIOS
¡Buenos días! -
“Mamá, Dios no es Dios”
- “¿Por qué, hija?”
- “Porque le pido que me convierta en caballo y no
lo hace. ¡Mira!”, -decía Ester, de cuatro años, cerrando fuertemente
los ojos y esperando, al abrirlos, ser su animal preferido (y a la vez, en una
espera inconsciente, ser satisfecha por ese Dios que le han dicho que todo lo
puede). Y al día siguiente intentaba lo mismo, pero con un león, aumentando su
enfado y su decepción…
La cuestión es cómo hablamos de Dios, qué enseñamos
de Dios y cómo es nuestra forma de relacionarnos con Él. ¿En qué Dios creo yo?
¿En un Dios que tiene que resolverme el problema cada vez que aparece? Sabemos
que no, pero con frecuencia nos encontramos en nuestro interior pidiéndole: dame
esto o aquello… ¿En qué Dios creo entonces? ¿En un Dios que hace que las
situaciones incómodas o injustas desaparezcan por arte de magia? ¡Por supuesto
que tampoco! Pero muchas veces lo estamos deseando…
La mamá que escuchaba atenta aquella conversación le
dijo a su hija:
- “No le digas a Dios que
te convierta en un caballo, pero sí dile que te dé su fuerza, ni que te
convierta en un león, pero sí dile que te de su valentía…”
Y Dios sonrió.
Miércoles: LAS PALABRAS BARATAS
¡Buenos días! ¿Hay palabras que se gastan de
tanto usarlas? ¿Hay afirmaciones que, a fuerza de repetirlas, pierden su
fuerza? ¿Cuánto vale un “te quiero” dicho sin alma? ¿De qué sirve pronunciar un
nombre, si olvidas a la persona que hay detrás? Decía aquel mandamiento “No
tomarás el nombre de Dios en vano”. Es una idea sorprendente. Tomar un nombre
en vano. Decir con los labios lo que la vida no dice. Pronunciar sin sonrojo
palabras que habría que decir de puntillas, como compasión, justicia, pobres o
amor. Es bonito pensar en el poder de las palabras, o en nuestro poder –y responsabilidad-
al pronunciarlas. ¿Eres tú de los que usan “palabras baratas” o sabes realmente
hablar?
Jueves: EXIGENCIAS BÁSICAS PARA LA
BUENA CONVIVENCIA (1)
¡Buenos
días! Hoy reflexionaremos sobre las exigencias básicas
para la buena convivencia.
1- No juegues nunca con los sentimientos de los demás. No
avergüences a nadie; y, mucho menos, delante de otras personas.
2- Niégate a mortificar a otros con ocurrencias, sutilezas
y genialidades, por muy superior que te creas en inteligencia, cultura, dinero,
propiedades, poder, belleza, aptitudes... El humillado queda herido, nunca lo olvidará.
3- Procura
actuar siempre con justicia o, mejor aún, con cordialidad. De ese modo evitarás
resentimientos y hostilidades. Una manera óptima de servir al prójimo consiste
en amarlo.
4- Nunca
cortes las alas de la ilusión y de la esperanza a tus colaboradores o
compañeros; la esperanza y la ilusión alegran el corazón del ser humano y lo
impulsan hacia otras realidades y espacios, a veces insospechados.
5- Sé
respetuoso con los demás. Sé correcto en el hablar. Procura no falsear nunca la
verdad ni disfrazarla. Jamás perjudiques a nadie ni de palabra ni por escrito.
Viernes:
NO ESTÁS SOLO
¡Buenos
días! Nos duelen tantas cosas… Las historias que se rompen, el silencio de los
amigos, la enfermedad que nos golpea, los fracasos personales, el daño que
hemos hecho, las caricias que no llegan, las heridas que nos dejan, la vejez de
nuestros padres. Nos duele la soledad que nos callamos, los «te necesito» que
no sabemos decir, ese problema que tanto ahoga, el dolor de quien queremos, el
cariño que nos niegan, el desprecio al refugiado, las víctimas del egoísmo, el
bien que no somos capaces de hacer.
Cuando
vives encogido, la buena noticia no es el «tranquilo, que ya pasará»; porque no
siempre es tan fácil. Ni el «hombre, que no es para tanto»; que en ocasiones sí
que lo es. No es el «no llores, compañero»; sobre todo cuando necesitas llorar.
Ni tampoco es un «sonríe, busca lo bueno, estate alegre».
La
buena notica es más sencilla, menos dulce, pero más real: «No estás solo, se te
quiere, yo estoy aquí».
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