II SEMANA
Lunes: RECONOCER NUESTRA VERDAD
¡Buenos
días! Hace tiempo en un país lejano ocurrió que un juez decidió dar la libertad
a un preso. Para ello hizo pasar, uno a uno, a todos los encarcelados para
mantener una entrevista con ellos y ver quien merecía ser liberado.
Al
preguntar al primero la razón de su encarcelamiento, éste le dijo:
“Estoy
aquí porque me calumniaron y me acusaron injustamente”.
Llamó
al segundo y éste contestó:
“Estoy
aquí porque dicen que robé, pero es mentira”.
De
esta forma fueron pasando uno tras otro y todos se declaraban inocentes. Hasta
que llegó a uno de los últimos presos que dijo:
“Estoy
aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control. Por eso lo
maté. Hoy me doy cuenta que hice mal y estoy muy arrepentido”.
El
juez se levantó y dijo:
“Voy
a liberar a este último preso”.
Todos
se quedaron perplejos y dijeron:
“Pero,
¿por qué lo más a liberar a él?
El
juez contestó:
“El
castigo es para los que esconden sus faltas. La misericordia para los que los
reconocen y se arrepienten”.
Reflexión:
Estamos en plena Cuaresma, un tiempo de renovación y crecimiento. Para
conseguir recorrer bien este camino de mejora es necesario reconocer en aquello
que hemos fallado, aceptar nuestros errores y tratar de corregir cada día
aquello en lo que hemos fallado. Pensemos brevemente: ¿dónde hemos fallado?
¿qué deberíamos corregir?
Martes: UN AMIGO
¡Buenos días! Cuenta una historia que dos amigos
iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir,
y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada,
escribió en la arena: MI MEJOR AMIGO ME DIO HOY UNA BOFETADA.
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis,
donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero
su amigo lo salvo. Después de recuperarse, escribió en una piedra: MI MEJOR
AMIGO HOY SALVO MI VIDA. El que había abofeteado y salvado a su mejor amigo
pregunto:
-Cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora
lo haces en una piedra. ¿Por qué? El otro amigo le respondió:
-Cuando alguien nos hace daño debemos escribirlo en
la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace
algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda
borrarlo.
APRENDE A ESCRIBIR TUS HERIDAS EN LA ARENA Y GRABAR
EN PIEDRA TUS EXPERIENCIAS POSITIVAS.
Miércoles: SÓLO PODEMOS TENER
PAZ, SI
¡Buenos días! Sólo los que son capaces de irradiar
paz, la tienen de verdad en su corazón. En la medida en que sabemos trasmitir
paz a los demás, la poseemos en nuestro interior.
No tenderemos paz en nuestro corazón si no somos
capaces de compartirla día a día, trabajando por la justicia, la verdad, la
libertad y la fraternidad. Únicamente son personas en realidad pacíficas, las
que son pacificadoras. Quien no trabaja diariamente por la paz, no la puede
tener en su interior.
La paz es un don que se posee en la medida que se
da. La paz, no es pereza ni pasividad, sino esfuerzo y trabajo constante para
conseguir un orden fundamentado en los grandes valores éticos de la justicia,
la verdad, la libertad y la fraternidad. Si queremos tener paz, irradiémosla.
Jueves: REFLEXIONES SOBRE LA VIDA
¡Buenos días! No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie,
porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, y el valor de
acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
Nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean: hay quienes en tu
mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas o malas según la
voluntad o la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate
con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos, y la
prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate
ahora o seguirás justificándote como un niño.
Viernes: NUESTRAS MÁSCARAS
¡Buenos días! Cuenta una leyenda que, cierto día, la Hermosura y
la Fealdad se juntaron a la orilla del mar. Hacía mucho calor y, viendo el
agua, ambas decidieron darse un chapuzón en el mar.
Así pues, sin pensárselo dos veces, se despojaron de
la ropa y se sumergieron en las frescas aguas del mar. Pasado un rato,
Al cabo de un tiempo también
Y cuentan que, desde aquel momento, los seres
humanos las confunden y mezclan con relativa facilidad. No obstante hay
personas que han conseguido contemplar la cara de
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