III SEMANA
Lunes: DÉCALOGO PARA EL AÑO
¡Buenos días!
1. Olvida lo pasado y mira con ilusión hacia el futuro.
2.
Aprende de lo que dejaste atrás pero no te quedes aprisionado por ello.
3.
Márcate un pequeño programa huyendo de lo que es imposible cumplir.
4.
Insiste en aquello que las prisas no te dejaron llevar a cabo.
5.
Recupera el corazón, tu alrededor y las personas que conviven junto a ti.
6.
Empieza este nuevo año como si fuera, de verdad, todo nuevo.
7.
Reza por los que no rezan y…vive por los que no quieren vivir.
8.
Acuéstate dando gracias por el día que has compartido
9.
Levántate abriendo la ventana de tu alma hacia Dios.
10. Trabaja y piensa, camina y no te detengas; pero disfruta con aquello que trabajas, piensas, caminas y dices.
Martes: EL RATÓN Y LA RATONERA
¡Buenos
días! Un ratón vagabundo llegó a una casa mirando por un agujero de la pared.
Vio a un hombre entregando un paquete y una mujer abriendo el paquete.
Rápidamente pensó: -¿Qué tipo de comida podrá haber allí?- Y se imaginó un
sabroso queso. Se le hacía agua la boca de pensar que era uno de sus quesos
preferidos. Pero quedo aterrorizado, cuando descubrió que era una ratonera.
Fue
al patio de la casa a advertir a todos: ¡hay una ratonera en la casa, una
ratonera! La gallina que estaba buscando sus lombrices en la tierra, cacareo y
le dijo: -¡Discúlpeme Sr. ratón; entiendo que sea un gran problema para usted,
pero a mí no me perjudica en nada, ni me molesta!- y el ratón se entristeció.
El
ratón siguió corriendo buscando ayuda. Llegó hasta el cordero y le dijo lo
mismo. El cordero le contestó: -¡Discúlpeme, Sr. ratón, pero no veo nada que
pueda hacer, yo como pasto!
El
ratón se fue hasta donde estaban las vacas, y le contó su problema, a lo que estas
respondieron: -¿Qué nos dice Sr. ratón, una ratonera? ¿Estamos en peligro por
casualidad nosotras? ¡Creo que no! - Entonces el ratón se volvió a la casa,
cabizbajo y abatido, para encarar solo la ratonera...
Aquella
misma noche se escucho un ruido. Como el de una ratonera agarrando su víctima.
La mujer de la casa corrió a ver que había en la ratonera. Pero, en la
oscuridad, no vio que la trampa había agarrado la cola de una víbora venenosa.
La víbora la mordió. El hombre la llevo corriendo al hospital. La mujer volvió
con fiebre, y para curarse, nada mejor que un buen caldo de gallina. El hombre
entonces cogió el cuchillo y fue a buscar al principal ingrediente: la gallina.
Como
la enfermedad de la mujer continuaba, amigos y vecinos vinieron a verla; para
alimentarlos, hubo que matar al cordero. Pero la mujer no pudo más, y acabó
falleciendo. Muchas personas vinieron al funeral. El pobre hombre, muy triste y
agradecido por la solidaridad, tuvo que
matar a las vacas para darle de comer a todos.
Reflexión: La próxima vez que oigas decir
que alguien está enfrentando un problema, y creas que a ti no te afecta,
piénsalo dos veces. En todas las casas pueden necesitar una ratonera ¡y todos
los integrantes corren peligro!
¡Buenos
días! El santo Joneyed acudió a la Meca vestido de mendigo. Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a
un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó
inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no
quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue darle además una limosna.
Joneyed
quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que
pudiera recoger aquel día.
Sucedió
que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro.
Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.
Pero
el barbero le gritó:
–¿Qué
clase de santo eres?
– ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?
Reflexión: a unos les cuesta saber dar y a otros les cuesta saber recibir… ¿cuándo fue la última vez que te permitiste recibir?
Jueves: LA CRUZ.
¡Buenos
días! Un joven ya no podía más con sus problemas. Cayó de rodillas, rogando:
– Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada.
El
Señor le contestó:
– Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esta
habitación. Después, abre la otra puerta y escoge la cruz que tú quieras.
El
joven suspiró aliviado y dijo:
– Gracias, Señor – y hizo lo que le había dicho.
Al
entrar en la habitación, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no podía
ver la parte de arriba. Después vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de
la pared.
–
Señor, – murmuró – quiero esta que está allá – dijo señalándola -.
Y el
Señor contestó:
– Hijo mío, esta es la cruz que acabes de dejar.
Viernes: ¡SONRÍE!
¡Buenos días! La sonrisa tiene un efecto multiplicador en cualquier
tipo de actividad que desarrollemos. Pedir algo por favor, y acompañarlo de una
sonrisa, produce un efecto muy positivo en la otra persona. Siempre, nuestra
sonrisa , debe ser natural, y nada fingida; esta actitud positiva nos beneficia
en nuestras relaciones con los demás.
La sonrisa, es la luz de nuestro rostro, la que nos abre muchas puertas, la que
genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los
demás. Incluso, la sonrisa puede mermar el efecto de algún error o equivocación
que tengamos.
"Sonríe
aunque sólo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es
la tristeza de no saber sonreír".
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