III SEMANA
¡Buenos
días! ¿Quién no duda alguna vez? ¿Quién no siente, en algún momento de
silencio, de quietud, de búsqueda, una cierta zozobra, en la que se mezcla el
deseo de saber y la impotencia? Porque a Dios lo intuimos, pero no lo podemos
aferrar; porque lo conocemos, pero también ignoramos tanto de él
Así
vivo mi fe. Entre la certeza más insensata y la duda que a ratos me inquieta.
Entre la seguridad de tu promesa y tu palabra, y las preguntas sin respuesta
que a veces me asaltan. Entre la entrega más convencida y las vacilaciones que
me impiden arriesgar, saltar al vacío o decirte que sí.
¿Es
esa tensión parte de la fe? Supongo que sí. Hay quien dice que creer es un
refugio o una evasión. Yo diría que la evasión es negarse a buscar, conformarse
con un horizonte chato o quedarse con certezas materiales. La fe te trae
tormentas, y sueños, y encuentros… y así está bien.
Martes: LA OPORTUNIDAD DE CADA INSTANTE
¡Buenos días! Cuantos instantes dejamos pasar en nuestra vida sin
percibir que son oportunidades que nunca volverán.
Cuantos momentos perdidos en la discusión interior
que nos envuelve en un mar de dudas y desvelos paralizando nuestra capacidad de
orden y reflexión.
Cuantos espacios perdidos en la nada que no lleva a
ningún sitio impidiéndonos ser nosotros mismos.
Cuantos tiempos desgastados en un ir y venir sin un
destino concreto o una meta a alcanzar…
Las oportunidades de cada instante solo pasan una
vez en la vida… en cada instante de nuestra vida.
La verdadera oportunidad reside en nuestra forma de
enfrentarnos a la vida, en las elecciones que hacemos de amar o envidiar, de
perdonar o resentirnos, en darnos por completo o guardarnos para nosotros
aquello que somos, en el intento diario de vivir desde nuestra fe o dejarnos
llevar por las emociones del mundo.
En cada uno de esos instantes Dios está presente
ofreciéndonos una nueva oportunidad de ser lo que somos y darnos desde lo que
somos.
¡Me apunto a vivir desde esas oportunidades y no
dejarlas pasar!
Miércoles: CADA DÍA ES UNA OPORTUNIDAD
¡Buenos
días! Sé que éste día es mi oportunidad de guardar los buenos recuerdos del
pasado y conservarlos como presentes que me hicieron sonreír.
Sé
que éste día me da la oportunidad de dejar atrás todo aquello que yo permití
que me hiciera llorar y, que podré conservar conmigo las lecciones que aprendí.
Sé que esas lecciones me volvieron más fuerte para vivir en el día de hoy. Sé
que, sea como sea, así como tantos otros que ya pasaron, éste día también
pasará.
Gracias
por darme la conciencia de que el día de ayer me trajo informaciones que hoy
puedo usar o desechar. Y gracias, sobre todo, por probarme cada día que el
mañana es algo que está fuera de mi control, que todavía no existe el futuro,
que ya no existe el pasado y que yo solamente puedo actuar en el momento presente
confiando en las manos de Dios, todo lo que para mí fue planeado.
¡Buenos días! Cuando un ganador comete un error,
dice: "Yo me equivoqué"
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No
fue mi culpa".
Un ganador trabaja más fuerte que el perdedor y
tiene más tiempo; un perdedor
Siempre está "muy ocupado" para hacer lo
necesario.
Un ganador enfrenta y supera su problema, un
perdedor le da vueltas y nunca
logra pasarlo. Un ganador se compromete;
un perdedor hace promesas.
Un ganador dice: "yo soy bueno, pero no tan
bueno como a mí me gustaría ser".
Un perdedor dice: "Yo soy tan malo como lo es
mucha otra gente u otros son peor que yo".
Un ganador escucha, comprende y responde. Un
perdedor sólo espera hasta que le toque su turno de hablar. Un ganador respeta
aquellos que son superiores a él y trata de aprender algo de ellos. Un perdedor
se resiente con aquellos que son superiores a él y trata de encontrarles
defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su
trabajo; un perdedor no colabora y siempre dice: " Yo sólo hago mi
trabajo". Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de
hacerlo".
Un perdedor dice: "Esta es la manera en que
siempre lo hemos hecho".
Un ganador como tú, comparte este mensaje con sus
amigos. Un perdedor es egoísta y se lo guarda para sí mismo. ¿Y tú con quién de
los dos te identificas?
REFLEXIÓN: "Nunca
confíes en tu lengua cuando tu corazón está amargo".
¡Buenos días! Disputaban entre sí el abeto y el
espino. Se jactaba el abeto diciendo:
-Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir
las naves y los techos de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a
mí?
-¡Si recordaras-replicó el espino- las hachas y las
sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino!
Busca siempre la buena reputación pues es una gran
honra, pero sin jactarte por ello, y
también cuídate de los que quieren aprovecharse de ella para su propio
provecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario