domingo, 5 de mayo de 2024

"Una sonrisa para cada día". ESO, CFGB y Bachillerato. 1ª SEMANA DE MAYO.


 

I SEMANA

Lunes: COMIENZO DEL PENÚLTIMO MES DEL CURSO, MAYO.

¡Buenos días! “Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor”.

El inicio de este poema nos recuerda las cosas que suceden por mayo en nuestro Colegio

… el primer día de mayo ha sido el día internacional del trabajo

… el mes de mayo está dedicado a María

… el último viernes será la despedida de nuestros compañeros de 2º Bachillerato.

… los alumnos de 4º de  Primaria celebrarán las Comuniones.

… en mayo estamos en pleno tiempo de Pascua de Resurrección.

… es un mes lleno de vida…

Podéis añadir más cosas de cualquier otra índole que suelen suceder por mayo u otras que tú harás que sucedan.  En la vida de las Comunidades Cristianas, desde hace muchos siglos, en el mes de Mayo se tiene un recuerdo especial de María.

Los medios de comunicación, a cada rato, nos proponen modelos de mujer:

- Actrices, modelos de pasarelas de ropa de moda: que se han quedado excesivamente flacas.

- Modelos de la prensa “rosa”: éstas se han quedado flacas de cerebro…

- Con esos modelos llenan páginas y más páginas de revistas, internet, periódicos y programas de TV.

Pero a los pocos años… ya casi nadie se acuerda de ellas. De María, la Virgen de Nazaret, han pasado más de 20 siglos… y millones de personas siguen hablando y la recuerdan. Pidámosle que nos ayude en este último tramo del curso.

Martes: OLER A DIOS

¡Buenos días! A un maestro espiritual le preguntaron en qué consistía eso de experimentar y vivir la fe.  Él sin pensárselo dos veces contestó: “Consiste en oler a Dios”.

Viendo la extrañeza que causó su respuesta, la aclaró mejor contándoles esta historia: “Un día Dios llamó a tres personas y le regaló a cada una un pequeño frasco que contenía el perfume de la Vida Eterna.

La primera de ellas, abrumada por tal regalo del mismísimo Dios, fue corriendo a por una cadenita de oro para colgarse el pequeño frasco del cuello. Eso le recordaría a Dios y le haría tenerlo siempre presente.

La segunda marchó deprisa a su casa, derramó el perfume en un recipiente y comenzó a analizar su composición química hasta obtener la fórmula. Se la aprendió de memoria e hizo que los demás se la aprendieran para que supieran en qué consistía el perfume de la Vida Eterna.

La tercera persona abrió el pequeño frasco y vació todo el Perfume sobre su cabeza y se marchó a perfumar el mundo”.

Terminada la Historia preguntó: “¿Quién de los tres dejó de oler como persona para oler a Dios?”.

Los que le escuchaban contestaron evidentemente que el tercero.

El maestro espiritual añadió: “Pues en eso consiste experimentar y vivir la fe: en oler a Dios”. Los Cristianos recuerdan a María de Nazaret como la mujer que supo “vivir la fe con sencillez y coherencia”, como la “primera Cristiana”.

Intenta tú hacer lo mismo, con la ayuda de Dios y de María de Nazaret, lo puedes lograr. ¡Propóntelo!

Miércoles: LA MIRADA DE MARÍA

¡Buenos días! Yo también quisiera poseer, Santa María,

ojos tan lúcidos como los tuyos.

Para comprender el Misterio que te hace grande,

para entender la Palabra que te hizo  feliz.

Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,

para descubrir definitivamente a Jesús

y no perderlo ante tanto escaparate que la vida me ofrece.

Yo también quisiera tener tus ojos, Santa María,

y por encima de valles y de montes

saber que me espera un horizonte en Dios

con los brazos abiertos.

¿Cómo conseguir tu mirada?

¿Cómo alcanzar tu vista?

¿Cómo mantener la nitidez de tus ojos?

"Sólo con la oración", me respondes Santa María,

se limpian tanto los ojos como el alma.

Sólo con la obediencia

se alcanza a ver lo que el mundo niega.

Sólo con la confianza

los ojos llegan donde el hombre no atina.

Sólo con la sencillez

los ojos traspasan lo que la inteligencia nos dificulta.

¡Ayúdame, Santa María!

Dame esos ojos grandes que ven a Dios.

Sólo te pido que no dejes de mirarme.

Amén.

Jueves: ¡ESTOY AGOBIADO!

¡Buenos días! No sé si estás agobiado en este momento. ¿Cómo te sientes en tu vida?  Quizá tienes problemas en tu vida personal. Tal vez tienes problemas en tu casa, con tus padres. O a lo mejor con tus amigos o tú novia. Quizá estás agobiado por motivos de estudios o económicos en este tiempo de crisis y paro.

Es posible que te agobien situaciones sociales; la sociedad demanda demasiado de cada uno de nosotros.

Pienso que quizás estás agobiado o agobiada por cargas morales o psicológicas. Cargas y más cargas. Te parece que se te va a romper la vida de tantas cargas.

Jesucristo nos dice, te dice: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso; porque mi yugo es llevadero, y mi carga ligera “.

Jesucristo te dice, nos dice: Ven a mí. Ven a mí que yo te voy a dar descanso.

Por eso necesitamos tomarle la palabra a Jesús. Necesitamos decirle a Jesús: “Señor, vengo a ti con mis cargas. Cargas morales, personales, afectivas, sociales, económicas. Vengo a ti porque tú has dicho: Ven a mí y yo te haré descansar”.

Viernes: TUS PIES MARÍA 

¡Buenos días! TUS PIES, MARÍA

Van al ritmo de tu pensamiento: tengo que salir.

Caminan con el timón de tu fe,

sorprenden por la rapidez de tu disposición,

avanzan sin tener más horizonte que el llegar para servir.

TUS PIES, MARÍA

apuntan en la dirección que Dios te marca.

Corren presurosos para no llegar tarde.

Se resienten cuando se detienen,

y sanan cuando peregrinan.

TUS PIES, MARÍA

No conocen el descanso ni la tregua,

siempre están en movimiento,

fecundamente avanzan,

constantemente se mueven

y sin pereza para dejar tu casa.

¿Cuál es, María, el secreto de tus pies?

¿No será acaso, María, los hermanos que te esperan?

¿No será, María, que no puedes permanecer sin hacer el bien?

¿No será, tal vez, que en los mil detalles es donde Tú disfrutas?

Gracias, María, por venir a visitarme.

Como tu prima Isabel

yo también necesito de tus atenciones:

mi corazón anhela una caricia de madre,

mis ideas necesitan ser ordenadas

mi cabeza un regazo donde repostar un momento.

Gracias, María, por poner tus pies en dirección a mi humilde casa.

Amén.

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