IV SEMANA
Lunes: CONFIANZA
PLENA
¡Buenos
días!
La
confianza es un estado de bienestar con nosotros mismos y con el mundo que nos
rodea. Cuando confiamos de verdad y desde dentro podemos enfrentar cualquier
situación de la vida porque esa confianza se transforma en fuerza invencible y
renovadora que asienta nuestra vida en lo verdaderamente importante.
Dejarnos
caer en manos amigas con la certeza de que nos agarrarán es apostar por la
seguridad, por afrontar los riesgos, por compartir subidas y bajadas.
Cuando
somos conscientes de que el valor de la vida es creer en aquello que somos y
realizarnos en lo que anhelamos es cuando Dios se hace presente de múltiples
maneras.
A
veces Dios se disfraza de niño pequeño que nos saluda sonriente al cruzarse con
nosotros, otras veces se disfraza de compañero de camino, de transeunte
desconocido, de padre, madre, hermano, amigo... todos esos disfraces de Dios
son los que nos sostienen de verdad, sobre todo, en la adversidad.
Martes: GUARDAR SILENCIO
¡Buenos días! Qué difícil resulta a
veces guardar silencio!
Tenemos una gran necesidad de
comunicación, de expresar lo que sentimos y vivimos.
Dicen que cuando uno calla
"otorga", pero realmente... cuando uno calla es porque no quiere
hablar.
Las razones pueden ser varias, el
miedo, el respeto, la privacidad, el salvaguardarse, la prudencia, el no darse
a conocer, el mantener las apariencias o el no tener, realmente, nada que
decir.
Cuando callamos, normalmente
sabemos por qué lo hacemos aunque... los demás pueden interpretar nuestro
silencio de muy diferentes maneras.
Que Dios sea una ayuda para que
nuestra boca calle antes de hacer daño, de herir, criticar o manipular a los
demás.... pero que también lo sea para abrir nuestra boca ante la injusticia,
la insolidaridad, la falta de respeto y la reivindicación de los derechos
elementales de las personas.
No es mejor el que calla que el que
habla... tampoco es mejor el que habla haciendo daño. Encontrar el equilibrio
es la virtud.
Miércoles:
CONTEMPLANDO
¡Buenos
días! Para contemplar un paisaje en tu totalidad es necesario estar lejos de
él... tomar un buen ángulo desde el que podamos mirar el espacio abierto con su
grandeza y plenitud.
Para
analizar una realidad concreta también es necesario, a veces, tomar
distancia... guardar silencio y dejar que dicha realidad nos hable.
Si
estoy dentro del río solo veré agua, pero si estoy fuera y observo su caudal,
el mismo río me hablará de forma diferente.
Por
eso, arriésgate a mirar la vida desde diferentes ángulos, cada uno de ellos te
dará una respuesta concreta para seguir viviendo desde lo que crees y vives.
No
te lances absurdamente al vacío sin ser consciente de lo que la vida te va
diciendo a cada paso del camino.
¡Vive!
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