III SEMANA
Lunes: EL CONSEJO DE UN AMIGO
Tema: PACIENCIA
¡Buenos
días! Un hombre bueno y honrado había sido requerido por el Emperador para
asumir el gobierno de una región allá en la antigua
y milenaria China. Este buen hombre quiso comenzar bien su mandato
y decidió pedir
consejo a uno de sus mejores amigos. Varios días después se reunía con su amigo,
y al tiempo que se despedía de él le pedía, por favor, un consejo
que le sirviera para la nueva
etapa que iba a comenzar. El amigo,
conociéndole bien, después de reflexionar un poco le dijo:—Sobre todo, sé paciente— le recomendó su amigo —y de esa
manera no tendrás dificultades en tus funciones. El nuevo gobernador le contestó que no lo olvidaría. Su amigo le repitió tres veces la misma recomendación y cada vez,
el futuro magistrado le prometió seguir su consejo. Pero cuando, por cuarta
vez, le hizo la misma advertencia, estalló:—¿Crees
qué soy un imbécil? ¡Ya van cuatro veces que me repites lo mismo! El amigo simplemente le sonrió, y advirtiéndole de la dificultad que conllevaba el consejo que le había
propuesto, le dijo:—Ya
ves que no es fácil ser paciente; lo único que he hecho
ha sido repetir
mi consejo dos veces más de lo conveniente y ya has montado en cólera— suspiró
el amigo. (Popular chino)
Reflexión:
Hoy, Jesús, queremos darte gracias por
la paciencia que tienes con cada uno de nosotros y pedirte que ayudes a las personas
que padecen depresión o nervios. ¡Qué hermoso sería una clase
y un mundo en el que todos tuviéramos paciencia con los más
lentos y los más rebeldes!
Martes: LOS DOS AMIGOS
Tema: AMISTAD
¡Buenos
días! El mayor se llamaba Frank y tenía veinte años. Y el pequeño era Tedy, que
tenía dieciocho. Estaban siempre juntos y eran
muy amigos desde los primeros cursos de Primaria. Juntos decidieron
enrolarse como voluntarios en el ejército. Y al marchar prometieron ante sus padres que se cuidarían y apoyarían
el uno al otro. Tuvieron suerte y los dos fueron destinados
al mismo cuartel y al mismo batallón. Aquel batallón fue destinado a la guerra,
entre las arenas ardientes del desierto. Al principio y durante unas
semanas Frank y Ted se quedaron acampados en la retaguardia y protegidos de los bombardeos. Pero una tarde llegó la orden de avanzar en el territorio enemigo. Los soldados
avanzaron durante toda la
noche, amenazados por un fuego infernal. Al amanecer el batallón se replegó en
una aldea. Pero Ted no estaba.
Frank lo buscó por todas partes, entre los heridos, entre los muertos. Al fin
encontró su nombre en la lista de los desaparecidos.
Se presentó al comandante: —Vengo a solicitarle permiso para ir a buscar a mi
amigo— le dijo.
—Es demasiado
peligroso— respondió el comandante. Hemos perdido ya a tu amigo. Te perderíamos también
a ti. Fuera siguen disparando. Frank, sin embargo, partió. Tras unas
horas de búsqueda angustiosa, encontró a Ted herido mortalmente. Agonizaba. Lo cargó sobre sus hombros.
Pero un cascote de metralla
lo alcanzó. Siguió arrastrándose hasta el campamento.
—¿Crees que valía la pena arriesgarse a morir por salvar a un muerto?— le gritó el comandante.—Si— murmuró —, porque antes de morir, Ted me dijo: «Frank, sabía que vendrías».
Reflexión: ¡Qué hermosa es la amistad, Jesús! Tú la practicaste con Marta, María, Lázaro y otros discípulos. Nosotros sabemos lo mucho que ayuda un amigo o amiga de verdad. Gracias, porque nos permites disfrutar con los amigos dentro y fuera del colegio. Haz que nos acordemos de quienes no tienen amigos y les demos una mano.
Miércoles: DOS VECES AL DÍA
Tema: FE‐ORACIÓN
¡Buenos
días! El sabio Narada era un creyente hondo y profundo. Tan grande era su
devoción que un día sintió la tentación de pensar que no había nadie en todo el mundo que amara a Dios más que él.
El Señor leyó en su corazón y le dijo: «Narada, ve a la ciudad que hay a orillas del Ganges y busca a un devoto mío que
vive allí. Te vendrá bien vivir en su compañía». Así lo hizo Narada, y se encontró con un labrador
que todos los días se levantaba muy temprano, pronunciaba el nombre del Señor una sola vez, tomaba
su arado y se iba al campo,
donde trabajaba durante
toda la jornada.
Por la noche, justo antes de
dormirse, pronunciaba otra vez el nombre de Dios. Y Narada pensó: «¿Cómo puede ser un
buen creyente de Dios este patán, que
se pasa el día enfrascado en sus ocupaciones terrenales?». Entonces el Señor le dijo a Narada:
«Toma un cuenco, llénalo
de leche hasta el borde
y paséate con él por la ciudad.
Luego vuelve aquí sin haber derramado una sola gota». Narada hizo lo que se le había
ordenado. «¿Cuántas veces te has acordado de mi mientras
paseabas por la ciudad?»,
le preguntó el Señor cuando volvió Narada. «Ni una sola vez, Señor», respondió
Narada. «¿Cómo podía hacerlo si tenía que estar pendiente
del cuenco de leche?» Y el Señor
le dijo: «¡Ese
cuenco ha absorbido tu atención de tal manera que me has olvidado por completo».
Pero fíjate en ese campesino, que, a pesar de tener que cuidar de toda una familia
y trabajar todo el día duramente, se acuerda de mi dos veces al día». (Proverbio hindú)
Reflexión:
En esto de la Religión hay mucho cuento,
Señor: unos te tenemos todo el día en los labios y luego no amamos a los prójimos y otros parece que no se acuerdan de ti y siempre dan el callo en favor de los necesitados. A ti te gustan más los segundos:
despierta en todos nosotros las ganas de ser de amar al prójimo y ten misericordia de los que no se acuerdan de él.
Jueves: LA PERLA
Tema: ESFUERZO
¡Buenos días! Dijo una ostra a su vecina:
—Siento un gran dolor en mis entrañas. Es como un peso dentro de mí
que me está dejando completamente exhausta.
Contestó la otra con presunción y regodeo: —Gracias al cielo y al mar, yo no siento dolores.
Estoy bien y me siento sana por
dentro y por fuera.
Pasaba en aquel momento por allí un cangrejo y oyó la conversación de
las dos ostras. Y dijo a la que se sentía bien y sana por dentro y por fuera:
—Sí. Tú estás bien y te sientes sana por dentro y por fuera. Pero el dolor que tu amiga lleva dentro es una perla de belleza extraordinaria.
Reflexión:
Es una lección dura la de hoy: el esfuerzo
produce su fruto. Lo que pasa es que nosotros, Señor, queremos la mayoría de las veces el fruto sin esfuerzo, el éxito
sin dolor... como si Tú nos hubieras salvado sin pasión y cruz... Ayúdanos a
amar el esfuerzo y el dolor que
antecede al éxito. Y haz que nos acordemos siempre de aquéllos que sufren sin
encontrarle sentido a su dolor.
Viernes: EL ASNO Y LA PERRILLA
Tema: EQUILIBRIO
¡Buenos
días! Un asno que veía continuamente que su señor halagaba y acariciaba mucho
una perrilla, por las fiestas que ella le hacía, dijo para sí: Si a este animal tan pequeño tanto lo quiere y
estima mi amo, cuánto más me amará si
yo le hago algún servicio y alguna fiesta, pues soy mejor que ese animalejo:
así podré vivir mejor y ser más estimado.
El asno vio que el señor venía y que entraba en casa, y saliendo del establo, corrió
para él, rebuznando, y dando brincos y coces, y echó las patas sobre los hombros del amo,
empezando a lamerle
con la lengua de la misma manera que lo hacía la perrilla, de modo que además de abrumarle con su gran peso, le ensució de lodo y polvo las ropas.
El señor
espantado de aquellos juegos y halagos del asno, llamó a los criados, los que
oyendo las voces, vinieron y dieron de palos
a éste, y volviéndole al establo
y lo
pusieron allí bien atado.
(Fábulas Esopo)
Reflexión:
No es fácil guardar equilibrio en muchas situaciones de la vida. A veces,
Señor, nos pasamos
con algunas personas
y con otras no
llegamos. A unos les sobra de todo y a otros les falta hasta la comida para
sobrevivir. Ayúdanos, Señor a no malgastar y a compartir lo que tenemos con
quienes carecen de todo.
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