IV SEMANA
¡Buenos días!
Dios está
viniendo.
Él viene en su Palabra,
en su Espíritu que nos da la fe,
en los sacramentos de la Iglesia,
en las luchas y alegrías de la vida,
en cada uno de nuestros hermanos,
sobre todo en los más pobres y sufridos.
Hay que saber esperar a Dios.
Hay que saber buscar a Dios.
Hay que saber descubrir a Dios.
Y mira que hay
muchos que se cansan de esperar,
porque la vida se ha puesto muy dura
y los poderosos siempre aplastan al pueblo.
Y hay muchos que no saben buscar a Dios
día a día, en el trabajo, en casa, en la calle,
en la lucha por los derechos de todos,
en la oración, en la fiesta alegre de los hermanos unidos,
e incluso más allá de la muerte.
El maíz y el arroz están naciendo, hermosos.
Ha llegado el Adviento.
Luego llegará la Navidad.
Dios está llegando siempre.
Abramos los ojos de la fe,
abramos los brazos de la esperanza,
abramos el corazón del amor.
Martes: NAVIDAD.
¡Buenos días!
Lo invisible se hizo visible,
el Verbo se hizo carne,
la Luz brilló en las tinieblas.
Si Dios ha bajado del Cielo por nosotros,
¡no cabe duda de que nos ama!
Si Dios nos ama todo es más comprensible.
Oculta en los trazos oscuros de nuestra
existencia
se puede advertir entonces su mano amorosa.
Hay un motivo a menudo ignorado,
pero un motivo de amor.
¡FELIZ NAVIDAD!
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