domingo, 3 de noviembre de 2024

"Una sonrisa para cada día". ESO, CFGB y Bachillerato. 1ª SEMANA DE NOVIEMBRE.

 


I SEMANA

Lunes: Una buena mentira

Tema: COMPRENSIÓN

¡Buenos días! Un abad estaba atravesando el desierto con otros frailes, cuando se dieron cuenta de que aquel que los guiaba había equivocado el camino. Era de noche y los hermanos dijeron al abad: «¿Qué hacemos?. Este hermano ha equivocado el camino y nosotros corremos el riesgo de perdernos y morir todos en el desierto. ¿No será mejor pasar aquí la noche y emprender el camino al despuntar el sol?».

El abad respondió: «Pero si decimos a éste que se ha equivocado, se entristecerá. Escuchad, pues: yo fingiré que estoy cansado y diré que no me siento bien para proseguir el camino y que permanezco aquí hasta mañana». Así hicieron, y también los otros dijeron: «También nosotros estamos que no podemos del cansancio y nos quedamos contigo». Y así se las ingeniaron para no entristecer a aquel hermano, que no supo nunca de haber equivocado el camino. (Apotegmas de los Padres del desierto)

Reflexión: Cuando encontramos alguien que nos comprende ¡qué gusto nos da! Gracias Señor, porque podemos disfrutar de la comprensión de mucha gente y los creyentes. Haznos comprensivos con los que no piensan o no viven como nosotros. Libéranos de toda intolerancia e incomprensión.

           

Martes: El joven y el ladrón

Tema: AVARICIA

¡Buenos días! Estando un joven sentado junto a un pozo, vino un ladrón a robarle, y el joven al verlo venir, conociendo su intención, fingió que lloraba. Entonces le preguntó el ladrón por qué se afligía de aquella manera.—¡Ay!, dijo el mozo, vine aquí con un cántaro de oro a sacar agua, se me ha roto la soga, y se ha quedado el cántaro dentro del pozo. El ladrón oyendo esto se quitó sus vestidos y bajó luego al pozo para sacarlo, pero mientras él estaba abajo buscando lo que no había, el mozo tomó los vestidos del ladrón y se fue. (Fábulas de Esopo)

Reflexión: Señor, la fábula nos recuerda cuántas veces nos engañamos unos a otros, cuántas veces abusamos los fuertes de los débiles, los listos de los menos inteligentes. No nos gusta ser engañados. Haz tú, Señor, que tampoco nos guste engañar y que estemos siempre de parte de los que sufren el engaño y la injusticia.

           

Miércoles: El león y el ratón

Tema: AGRADECIMIENTO

¡Buenos días! Estando durmiendo un león en la falda de una montaña, los ratones del campo, que andaban jugando, llegaron allí; y casualmente uno de ellos saltó sobre el león, y éste le cogió. El ratón viéndose preso, suplicaba al león que tuviese misericordia de él, pues no había errado por malicia, sino por ignorancia, por lo que pedía humildemente perdón.  El león viendo que no era digno de él tomar venganza de aquel ratón, por ser animal tan pequeño, le dejó  ir sin hacerle mal.

Poco tiempo después el león cayó en una red, y viéndose enlazado, comenzó a dar grandes rugidos. Oyéndolo el ratón acudió al momento, y viendo que estaba preso en aquella red, le dijo:—Señor, ten buen ánimo, pues no es cosa que debas temer, yo me acuerdo del bien que de ti recibí, por lo cual quiero volverte el servicio. Y diciendo esto, comenzó a roer con sus dientes y rompiendo los ligamentos de la red desató al león.( Fábulas de Esopo)

Reflexión: El que siembra buenas obras recoge, generalmente, agradecimientos. Aunque no siempre es así. Pero lo importante, Señor, es que podamos pasar por este mundo “haciendo el bien”, como dice el Evangelio que pasaste Tú. Tampoco a ti te agradecieron todo lo que hiciste por ellos, pero no por eso dejaste de hacerles el bien. Que nosotros seamos siempre agradecidos y estemos dispuestos a hacer el bien aunque nadie nos lo agradezca.

           

Jueves: El médico alfarero

Tema: CONCENTRACIÓN

¡Buenos días! Un conocido médico era aficionado a la alfarería y a menudo reunía a sus pacientes para hacerles admirar sus obras. Un día invitó a un maestro zen conocido suyo y mientras los asistentes admiraban un pequeño bol se volvieron hacia él para conocer su opinión. El Maestro zen miró gravemente en torno suyo y dijo—Si alguno de ustedes cae enfermo, les aconsejo que nunca recurran a este hombre. Debe ser un médico abominable. Se hizo un silencio mortal. Después un viejecito preguntó:—Pero, ¿por qué dice usted eso?—Porque su corazón no está en la medicina. Este doctor colecciona pacientes con el único propósito de mostrarles sus obras de alfarería, que además, apenas si son aceptables. El golpe fue tan duro para el médico, que en el acto perdió la vanidad artística que alteraba sus cualidades médicas. (Cuento zen)

Reflexión: Como el médico que no tenía su mente y su corazón en la medicina, nosotros, Señor, la mayoría de las veces no tenemos la mente y el corazón en el estudio, que es nuestro trabajo actual. Te agradecemos, Señor, el privilegio de poder estudiar mientras tantos otros quisieran y no pueden. Envía, Señor a muchos  misioneros a esos países donde la mayoría de los niños y jóvenes no tienen aún escuela.

Viernes: Cosas de antaño

Tema: D. Andrés Manjón

¡Buenos días! Durante los viernes del mes de noviembre vamos a tener diversos textos relacionados con nuestro fundador, D. Andrés Manjón. En esta ocasión hemos sacado esta anécdota del libro “Cosas de antaño, contadas ogaño” (Memorias de un estudiante de aldea), escrito por él mismo. Ocurrió con uno de los examinadores del Colegio Seminario donde estudiaba:

“El Padre Doncel le preguntó:

- ¿Usted sabrá lo  que es Retórica y Poética?

- Sí señor; se traducir a Cicerón, Virgilio y el Arte poético de Horacio.

El padre entre zumbón y divertido, preguntó lo que era “cría”.

- ¿De qué cría quiere el padre que le hable?

El jesuita sonrió:

- De las que usted conozca.

- Pues yo conozco la cría de los corderos, de los chotos, de los terneros, de los conejos y de los cerdos, con perdón de ustedes.

Los padres soltaron la carcajada y el que presidía dijo:

- Ahora estudie la cría (el texto de Retórica –Arte y oratoria-) del Padre Colonia –y acordaron bañarle en ciencias múltiples, de las cuales Perico se hallaba en ayunas y en ayuno se quedó, pues allí le tuvieron barnizándole en todo sin aprender nada fuera de los nombres Bachalauratorum more, según suele suceder a los bachilleres”.

Así se hizo y el niño Andrés estudió un año con los padres de la Compañía de Jesús bajo la dirección del Padre Doncel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario